Una soleada mañana acompañaba a la formación de más de 900 guardias civiles y miembros de las FAS que formaban en el Patio de la Armería del Palacio Real de Madrid para festejar el 175 aniversario de la fundación de la Guardia Civil. Este cuerpo policial era creado por real Decreto el 13 de mayo de 1844 bajo la dirección del Mariscal de Campo Francisco Javier Girón de Ezpeleta, II Duque de Ahumada, que diseñó su organización y le dotó de sus ideales, nacía para resolver el tremendo problema de inseguridad y orden público que padecía la España rural de esa época, desangrada por el bandidaje y el bandolerismo.

La conmemoración de estos 175 años

Siguiendo la dicotomía de esta clase de actos castrenses la salida de la bandera dio inicio a la conmemoración seguida de la llegada de los Reyes de España, Felipe VI y Letizia como autoridades que presidirían el acto. Tras recibir el saludo de las autoridades presentes y pasar el Rey revista a las tropas, un acto especialmente emotivo se vivió cuando varios guardias civiles veteranos se despidieron de la bandera al pasar a la situación de retiro.

Tras el protocolo con la presencia real, el Director General de la Guardia Civil, Félix Azón, tomó la palabra para dar un repaso a la actividad de la institución, así como de la situación y actividades de las que se encarga la Guardia Civil en el presente.

Balance actual de la Benemérita

Lo más destacable en el análisis de Félix Azón fue la integración de la Guardia Civil en la sociedad tanto por el servicio que presta como por la sensación de cercanía y confianza que transmite. Su labor en la sociedad especialmente en el mundo rural vertebrando lo que hoy se conoce como "La España vacía" o sea el campo despoblado y los pueblos con escasos habitantes, siendo la acción cotidiana de la Benemérita con su servicio diario un instrumento de vertebración de ese sector nacional: "De forma que reciba un servicio público de calidad, sin carencias ni desventajas, porque queremos contribuir a que la llamada 'España vacía' tenga un futuro de prosperidad y esperanza”.

Pero este servicio no se para en territorio nacional y se destacó también la actividad internacional de la Guardia Civil y su trabajo en cooperación con cuerpos policiales de países amigos en operaciones multinacionales contra toda clase de delincuencia dentro y fuera de nuestras fronteras. Así se destacó que una compañía de la Gendarmería Francesa se haya formado el pasado curso en la Academia de Guardias Jóvenes de Valdemoro y que actualmente sea una compañía de la Guardia Civil la que se este formando en la Academia de la Gendarmería en Dijon.

La presencia internacional fue muy destacada pues incluyó en la formación una sección mixta de la Gendarmería Francesa, de los Carabinieri y Guarda di Finanza de Italia, de la Guardia Nacional Republicana de Portugal y de la Gendarmería Real de Marruecos, cuerpos hermanados con la Guardia Civil con los que coopera.

El homenaje a los guardias civiles muertos en acto de servicio, especialmente de aquellos asesinados por el terrorismo y la inestimable acción de la Guardia Civil para derrotar y erradicar el terrorismo etarra, cerraron el discurso del director Azón antes de procederse al homenaje a los caídos.

Desfile de broche final

El acto entró en su última fase con la retirada de las fuerzas para realizar el desfile terrestre ante los reyes en el que participaron también aeronaves del Servicio Aéreo, toda clase de vehículos usados por la Guardia Civil y unidades a pie de todos los servicios de la Benemérita: montaña, caballería, desactivación de explosivos, fiscal, investigación, seguridad ciudadana, antidroga, unidad cinológica con perros, unidades de operaciones especiales, etc, además de una representación de los tres ejércitos y la sección de países aliados.

Fue el último acto de este 175 aniversario, una celebración brillante al que el único "pero" que se le puede anotar es que el público que abarrotaba la Plaza de Oriente y los alrededores del Palacio Real para disfrutar de él fue mantenido a distancia mediante barreras y tuvo que conformarse con ver la celebración a distancia a través de las rejas del Patio de la Armería o por televisión.

Un error de libro pues cuando se realizan estas celebraciones es para unir más a las instituciones con la ciudadanía y eso no se consigue poniendo barreras por muchos argumentos de seguridad presentes. Un fallo evidente que sería preciso corregir.