Fue el 30 mayo de 1981 cuando en una ceremonia solemne en su sede en Bruselas, España entraba formalmente como miembro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, OTAN. Esta incorporación causaba conmoción en la opinión pública española de la época, aún en plena transición política, con la sociedad muy polarizada, en un escenario internacional de Guerra Fría en que la pertenencia a esta organización era vista como un riesgo de verse implicado en una hipotética guerra mundial y que confrontaba con el parecer de las organizaciones de izquierda de entonces plenamente hostiles a la alianza.

Una incorporación controvertida

El rechazo a esta integración se saldo con múltiples manifestaciones de protesta, contestación frontal en la calle, tensión política elevada, crispación social y parlamentaria, que llevó a la celebración de un referéndum sobre la pertenencia de España en la OTAN que se celebró en 1986 en la que la opción de una pertenencia condicionada a la alianza, la apuesta del entonces gobierno del PSOE que presidia Felipe González, fue la clara vencedora en las urnas.

Cuarenta años más tarde y tras multitud de avatares históricos de gran calado, la permanencia de España en la OTAN aunque no genere entusiasmos populares es vista con plena normalidad por la opinión publica, se considera como una integración normal en las instituciones de occidente, las condiciones de permanencia del referéndum han quedado superadas por obsoletas y las actividades de la alianza son generalmente consideradas como una garantía de seguridad para occidente y para el planeta en conjunto.

Un repaso de estos avatares y esta evolución de la integración española en la OTAN fue glosada en la discreta celebración de este cuarenta aniversario que se celebró en la sede del Mando de Operaciones en la madrileña Base de Retamares.

Incorporación en la OTAN. Evolución y enseñanzas

La evolución de España en la OTAN de unos inicios titubeantes y casi intrascendentes a una plena integración en la alianza liderando y siendo sede de numerosas de sus iniciativas e instituciones, fue glosada tanto por almirante Juan Francisco Martínez Núñez, Secretario General de Política de Defensa, como por el Jefe de Estado Mayor de la Defensa, JEMAD, almirante general Teodoro López Calderón.

En ambas intervenciones quedo claro que la alianza se readapta tras la caída del bloque soviético a finales de los 80 y al pasarse de una misión meramente defensiva a una tarea más amplia en toda clase de operaciones internacionales. En ellas la OTAN cuenta con España como un aliado preferente como ya se demostró en las operaciones en los Balcanes especialmente Bosnia tanto en el mar, Shrp Guard, aire, Deny Flight, y tierra, KFOR y SFOR.

En el mismo escenario balcánico las misiones se suceden ya sea en Albania, Macedonia del Norte y Kósovo, en que la intervención de tropas españolas bajo paraguas OTAN hizo ganar a nuestro país muchos enteros en política internacional, sentándose en los más selectos clubes internacionales y al lado de las grandes potencias. De hecho cuando la OTAN interviene en sus primeras acciones bélicas reales, Bosnia y Kósovo, es un español su secretario general, Javier Solana.

El fin del comunismo en los países del este significó que estas naciones antaño socialistas entrasen en la Unión Europea, UE, usando lo que políticamente se llamo: "la vía española". Esto es entrada primero en la OTAN, adaptación en ella para unos pocos años después entrar en la UE.

Por ello diplomáticamente se considera la incorporación de España como un modelo de integración en occidente.

Operaciones en activo

La incorporación a la estructura militar de la alianza, aprobada en 1996, hace que España se incorpore a las misiones permanentes de la OTAN como la Policía Aérea del Báltico, BAP, o despliegue unidades blindadas en los contingentes aliados en las Repúblicas Bálticas, Presencia Militar Avanzada, EAP, o albergue instituciones tan señeras como el CAOC de Torrejón, que vigila el flanco aéreo sur de la alianza, o el Centro de Excelencia de Desminado de Hoyo de Manzanares, donde los artificieros de la OTAN se forman en la desactivación de artefactos explosivos improvisados.

De todas la misiones de la OTAN, ha sido la misión en Afganistán la más difícil y exigente que ha implantado la alianza, la que más bajas ha costado y la que menos resultados concretos ha proporcionado. Pues los éxitos militares sobre el terreno no se han traducido en una verdadera evolución de la sociedad afgana ni en la derrota definitiva de los talibán, que se han limitado a aguantar las perdidas durante este tiempo a sabiendas que los occidentales terminarían por hartarse y abandonar el país como le ha pasado a innumerables invasores anteriores... A veinte años de su inicio todo hace pensar que en septiembre se le pondrá fin a la presencia aliada en Afganistán sin que la OTAN haya derrotado al enemigo ni que se dé un país viable.

Afganistán, la herida abierta

Siguiendo este proceso ordenado de repliegue, España ya retiró a sus últimas tropas de la misión OTAN en Afganistán el pasado mes de mayo y las recibió con todos los honores. Al respecto en la primera semana de julio se celebró en la Escuela de Guerra del Ejército un sentido homenaje a los 102 efectivos españoles caídos en la operación afgana, homenaje que siguió el guión de otro reciente en recuerdo de las victimas del COVID-19, y en que las familias de los fallecidos tomaron la palabra para cumplimentar a sus seres queridos.

Muy emotivo en ese aspecto fue el testimonio de la viuda de uno de los oficiales muertos en el siniestro del helicóptero Cougar en el que expresó que su consuelo es que su marido y sus compañeros: "les protegen desde el cielo".

Desde luego todo son incógnitas cuando el repliegue se culmine, y no son incógnitas halagüeñas, detalles como que un informe del Departamento de Estado de EEUU solo da seis meses de supervivencia al actual régimen pro occidental afgano tras la retirada de la OTAN han hecho saltar todas las alarmas.

O que los talibanes controlan ahora los territorios de los que la OTAN les expulsó previamente ante un Ejercito Nacional Afgano, ANA, desmoralizado y en retirada. Como ejemplo, la Ruta Lithium que los soldados españoles abrieron al noreste de Afganistán y mantuvieron expedita tras repeler múltiples hostigamientos enemigos está ahora en manos insurgentes al no haber podido mantenerla el ANA tras el repliegue de los contingentes hispanos.

Aunque existe una esperanza, el Afganistán medieval, primitivo y destruido que los aliados encontraron en 2001 nada tiene que ver con el de 2021 en que los avances sociales, de desarrollo y derechos individuales contrastan con el primitivismo anterior mas propio de: "la baja Edad Media" como apuntó el JEMAD. Es ese avance social logrado con el tiempo en el que el mundo basa su esperanza para que la misión de la OTAN en Afganistán no haya sido inútil y ese país no vuelva al pasado.