El ansia se podía cortar con un cuchillo entre la pléyade de familias y amigos de los tripulantes presentes en el Muelle del Arsenal en la Base de Cartagena, cuando el patrullero de la clase BAM "Furor" entró por la bocana del puerto hasta posicionarse frente al muelle a los sones de la marcha naval "Ganando Barlovento", que interpretaba la banda de música de la base.

Se cumplían así cuatro meses de misión en el Golfo de Guinea, en que el "Furor" ha estado realizando Operaciones de Seguridad Marítima, MSO, encuadradas en el concepto de "diplomacia de defensa" que España aplica con países aliados en naciones del tercer mundo necesitadas de soporte internacional.

Emocionante bienvenida

La satisfacción era evidente por parte del almirante jefe de Acción Marítima, Juan Luis Sobrino Pérez-Crespo, cuando subió a bordo del "Furor" y recibió novedades de su comandante, el Capitán de Corbeta Diego Macías Mendoza.

Esta satisfacción por el éxito de la misión quedó palpable en el discurso que el almirante dirigió a la tripulación del "Furor" en que destaca este párrafo: "No nos habéis defraudado. Regresáis hoy a Cartagena con la satisfacción del deber cumplido. Habéis cumplimentado a plena satisfacción del mando la misión que os fue asignada. Tened por seguro que vuestra presencia efectiva en una de las zonas de vital interés para la seguridad de España, ha contribuido a la mejora de la seguridad regional, lo que repercute a su vez en el incremento de la seguridad de España y en la protección de sus intereses".

Con todo, la verdadera emoción se vivió cuando los tripulantes recibieron permiso para bajar a tierra, cosa que hicieron a la carrera, para abrazar a sus familias en el muelle. Los abrazos, los besos, las felicitaciones, las risas y las lágrimas se sucedieron pues son muchas las vivencias humanas y las incertidumbres que se viven en estas misiones.

Muy emotiva fue la escena de un oficial que por fin pudo conocer a su hijo de tres meses nacido en plena singladura o el encuentro de varios marinos con sus parejas, que esperaban este regreso para contraer matrimonio.

A esto se añade que en los cuatro meses de la misión la tripulación no ha podido desembarcar en los diez puertos que ha recalado, para mantener las medidas de protección contra el coronavirus, todo el barco ha sido una burbuja anti COVID-19 aunque ese aislamiento se ha dejado sentir en la moral de la dotación.

Como el comandante Macías aclaró: "Como no podíamos desembarcar, toda la vida social la hacíamos en el gimnasio a base de competiciones, y ha sido intenso. Uno de mis chicos llegó a adelgazar hasta veinte kilos".

Tras cumplimentar la misión seguirá una semana en puerto para poner el barco en orden y la tripulación empezará un permiso de un mes, en que sin duda trataran de recuperar el tiempo perdido.

Objetivos realizados en la misión

El "Furor" realizó en estos últimos cuatro meses una Misión de Seguridad Marítima, MSO, esto significa hacer presencia en una zona oceánica inestable para proporcionar seguridad al tráfico marítimo, apoyar a las naciones ribereñas en esa tarea, proteger el tráfico mercante y pesquero en el área y socorrerles en caso de necesidad (en la misión se auxilió a un pesquero y a un mercante españoles por problemas sanitarios y mecánicos, respectivamente), vigilar el tráfico marítimo y reprimir el contrabando de productos ilícitos: estupefacientes, armas, personas.

Cooperar en esa misión con otras marinas aliadas (en esta operación las armadas de Portugal, Francia e Italia), realizar con ellas ejercicios conjuntos de seguridad marítima como los "Obengame Express" e instruir a las marinas de las naciones anfitrionas en toda clase de disciplinas navales para que puedan realizar mejor, y en un futuro sin ayuda externa, su función.

En este contexto general, el principal logro del "Furor" ha sido la disuasión, su presencia y la de otras naves aliadas ha reducido la actividad pirática y el tráfico ilícito gracias a esta presencia visible e intimidante que al ser conocida por las mafias les fuerza a reducir su actividad criminal.

Es esta disuasión la mayor evidencia que este tipo de misiones MSO tienen una eficacia y se traducen en un beneficio palpable en las naciones ribereñas que piden su continuidad.

En este aspecto el "Furor" dio en zona el relvo al patrullero "Vigía" que mantiene ahora la misión en el Golfo de Guinea, con la misma tarea que el buque relevado el "Furor", que según el programa estratégico previsto volverá a partir en misión internacional en octubre.