La seguridad y la discreción primaban en la realización de este viaje real que fue mantenido en el máximo secreto para impedir cualquier posibilidad de un atentado, hasta el punto que la Ministra de Defensa y el JEMAD que han acompañado a Felipe VI habían mantenido abiertas sus agendas públicas con un neutral aviso de "viaje institucional" previsto para hoy.

Del mismo modo el "poll" de informadores que habitualmente cubre la actividad del monarca fue convocado con discreción sin advertirles del destino y solo con el avión ya en vuelo se les notificó que el destino era Iraq para visitar entre otros a las tropas españolas en la base de Besmayah.

Las mismas tropas acantonadas en Iraq también se sometieron a esta discreción y solo fueron advertidas de la visita del Rey 48 horas antes, el tiempo mínimo para organizar el dispositivo de seguridad preciso.

Aunque la seguridad en Iraq ha mejorado, eso ha permitido la visita, y el Estado Islámico, ISIS, se bate ahora en retirada, la situación de seguridad alcanzada es muy frágil y los logros obtenidos en esta materia son débiles y fácilmente reversibles como la estabilidad y viabilidad del estado iraquí.

Itinerario de la visita

La agenda de Felipe VI fue apretada pues a la recepción por el embajador y otras autoridades de Naciones Unidas en el Aeropuerto de Bagdad, le siguió una entrevista con el mando de la misión Inherent Resolve (Apoyo Decidido) que las tropas internacionales llevan a cabo en Iraq para formar al Ejército Iraquí, los generales de EEUU y Canadá, Paul J.

Lacamara y David Fortin respectivamente.

En esta sección de la visita el Rey recibió un informe sobre la cual es el estado actual de la misión Inherent Resolve y la labor del contingente español en ella antes de partir al palacio presidencial de Iraq donde mantuvo una entrevista con el Presidente de Iraq Barham Salih.

Con las tropas

La siguiente fase del periplo real fue el objetivo de la visita en sí, la visita a las tropas españolas acantonadas en la Base Gran Capitán en Besmayah. Allí el Rey departió con los soldados, conversó y se hizo fotos con ellos y les trasmitió su orgullo por su dedicación y les animó con frases tales como: "Sois los soldados de la democracia la libertad y la paz", "lleváis la bandera en el brazo y en el corazón y nos llenáis de orgullo".

La tropa agradeció los reconocimientos y le cantaron a coro al monarca el "Cumpleaños feliz" pues no es casualidad que este 30 de enero sea el cumpleaños del Rey y no habría mejor escenario que el monarca como comandante en jefe festejara con sus soldados su onomástica.

La misión hoy

Tras la retirada de las tropas de combate americanas de Iraq en 2011 la nación devastada por la invasión americana de 2003 y la posguerra posterior, aunque Iraq no ha conocido la paz desde 1981, quedaba totalmente inerme frente a la amenaza yihadista del ISIS que en una serie de campañas victoriosas llegaba a las puertas de Bagdad imponiendo el terror y barriendo a un Ejército iraquí colapsado en su moral y sin ningún espíritu de lucha.

La respuesta occidental rechazó una nueva invasión. Las bajas de la guerra anterior habían sido demasiadas, pero se volcó en un plan para adiestrar y formar a las fuerzas iraquíes y prepararlas para el combate, Operación Inherent Resolvé. España se sumó a la misión en 2014 y envió sus contingentes de instructores que al principio tuvieron que luchar más que nada contra el completo colapso de moral iraquí más que en entrenar a sus tropas: "Primero había que devolverles la moral, después enseñarles a combatir".

Actualmente en 2019, el iraquí ya parece un ejército capaz y cohesionado que se enfrenta al ISIS con éxito mientras que el contingente español sigue su misión de adiestramiento ya cada vez más avanzado con 515 efectivos, Brigada "Guzmán el Bueno " X y reforzada por una unidad de helicópteros, Task Force Toro, que opera junto a los efectivos de EEUU.

Este ha sido el panorama general que el Rey Felipe VI se ha encontrado en su visita sorpresa a las tropas españolas en Iraq.