Siguiendo la estela de la Unidad de Buceadores de Medidas Contra Minas de la Armada, UBMCM, en su competencia exclusiva de desactivar los artefactos explosivos que se encuentran bajo el mar, las FCSE tienen la competencia total en tierra y en lucha antiterrorista. Los especialistas de la unidad coinciden que es el momento de la desactivación del artefacto el de mayor peligro y más si se tiene en cuenta que por el trabajo de la UBMCM esta desactivación tiene que realizarse bajo el agua.
Planificando la operación
Tras darse la alarma de haberse localizado un supuesto artefacto explosivo bajo el mar y la unidad desplegar un Equipo de Desactivación, EDEX, a la zona del incidente según el tipo de alerta y su gravedad, A, B, C, D.
La unidad destacada celebra una reunión con las autoridades locales para fijar la estrategia a seguir, en esta reunión se valora la información disponible, se cotejan fotos y vídeos, se interroga a testigos y se fija el método a emplear para anular la amenaza.
Los primeros en actuar son los buceadores de apoyo de reconocimiento de explosivos, (Explosive Ordnance Reconoissance) EOR, los cuales certifican la naturaleza real del artefacto y si este realmente es una amenaza del nivel que ha provocado la alerta. Para evitar todo trance como que el artefacto estalle por estímulos como el sonido o el magnetismo, los miembros de la UBMCM van equipados con equipos de buceo CRABE que reducen el sonido y las burbujas de aire y todas la partes metálicas van cubiertas para anular la firma magnética.
Principios básicos de desactivación
Frente a imágenes peliculeras donde las bombas son artefactos insidiosos y llenos de trampas contra los que el protagonista lucha contrarreloj cortando cable tras cable en una mortífera cuenta atrás, la realidad es más prosaica pues a la postre los explosivos solo son productos químicos que estallan solo cuando reciben el estimulo adecuado para ello, ya sea este una corriente eléctrica, una explosión iniciadora con detonador que provoca el estallido final o una reacción a un reactivo químico.
Y es contra ese mecanismo o sistema que provoca la reacción del explosivo contra lo que hay que actuar pues sin tal la bomba no estalla.
Como ejemplo: la mina de orinque clásica erizada de púas solo estalla cuando al chocar un barco contra ella rompe una capsula de ácido de batería alojada en una de las púas y ese líquido por gravedad cae a una batería sin electrolito que al reaccionar al ácido genera una descarga eléctrica que hacer estallar la mina.
Si las púas y sus capsulas de ácido están intactas, no estalla por mucho que se la manipule.
Desactivando el artefacto
Conociendo la naturaleza del artefacto, los buceadores desactivadores (Explosive Ordnance Desactivation) EOD se sumergen a ejecutar la desactivación que ha diseñado el Jefe de Incidencia siguiendo uno de estos tres procedimientos.
- Contraminar: se provoca la explosión controlada del artefacto con otra carga explosiva adosada, se evacúa una zona de seguridad amplia y se hace estallar el artefacto de forma controlada. Este sistema implica que el artefacto explosione con toda su fuerza por ello solo se usa cuando la naturaleza del mismo es tan peligrosa que cualquier otra desactivación conlleva riesgos a los artificieros.
- Neutralización o disrrupción: se coloca una carga explosiva a una distancia y orientación determinada del artefacto para destruir los mecanismos que lo harían estallar. La explosión de la carga de disrrupción genera una burbuja de presión que destruye los mecanismos, pero no el explosivo; sin elementos que lo hagan explosionar el artefacto es retirado luego.
- Remoción: el artefacto no ofrece peligro real de explosión por cualquier clase de factor: tiempo, podredumbre, caducidad, etc. Por lo que es recogido por los buceadores EOD y llevado a tierra sin riesgo donde acaba en un polvorín antes de ser destruido en una cantera o como pieza para el museo de la UBMCM.
Grado de excelencia
Para ser desactivador de la UBMCM es necesario tener la titulación previa de buceador de la Armada, hacer un curso de nueve meses en la Academia de Ingenieros del Ejército de Tierra, seguidos de otros dos meses de instrucción en desactivación submarina en el Centro de Buceo de la Armada.
Una preparación tan exigente da desactivadores de primera clas,e pero conlleva una escasez lógica de personal precisamente por ese nivel exigido. Un nivel que permite desactivar los artefactos más peligrosos, pero también que en alguno de los 359 incidentes atendidos por la UBMCM, el buceador ascienda a superficie con la supuesta bomba sonriendo y diciendo: "Tranquilos solo era el tambor de una lavadora".