Mali, a unos 60 kilómetros de la capital Bamako se encuentra la Base de Koulikoro en que los militares de la Unión Europea, 550 efectivos de los cuales 243 son españoles, encuadrados en la European Training Misssión, EUTM, entrenan al Ejército Maliense en su lucha contra los grupos yihadistas que estuvieron a punto de hacerse con el control del país en 2013.

A las 3:00 de la madrugada, hora local, de la noche del domingo al lunes 25 de febrero. La mayoría de los efectivos europeos duermen en las instalaciones del acuartelamiento mientras en la entrada de la base la guardia formada por algunos soldados maliense asistidos por un vehículo Lince español permanecen vigilantes.

En este vehículo un cabo y un soldado de la brigada "Galicia" VII empuñan sus armas, una ametralladora pesada de 12,7 mm montada en una torreta sobre el vehículo y el fusil HK reglamentario.

Los soldados españoles responden al fuego con ráfagas de HK y ametralladora

Es precisamente a esta hora cuando un convoy de vehículos compuesto por dos camionetas pick-up y tres motos pasa literalmente por encima del modesto control que la Gendarmería Maliense tiene a la entrada de la carretera que se dirige a la base, a bordo del primer pick-up un conductor y siete milicianos, en el segundo el conductor y en las tres motos dos hombres por cada, un total de quince yihadistas.

A unos cien metros de la base de la primera furgoneta saltan los milicianos que empiezan a abrir fuego contra el complejo mientras la pick-up acelera para estrellarse contra la puerta pero una de las zanjas de protección le obliga a reducir la velocidad y ese momento de ventaja se pierde.

Los soldados españoles no se arredran y responden al fuego con ráfagas de HK y ametralladora pesada concentrando sus disparos sobre el vehículo que se acerca, lo acribillan a tiros y matan al conductor con lo que la furgoneta sin control se estrella a unas decenas de metros de la entrada.

El segundo pick-up más retrasado se encuentra en medio de la granizada de balas y ve como el primero ha sido puesto fuera de combate en ese instante y al comprobar que no puede avanzar el conductor toma una trágica decisión y activa el chaleco bomba que lleva puesto.

Una pavorosa explosión conmueve todo el entorno, rompe cristales, daña los muros de Defensa, tumba árboles, derrumba los tejados de uralita y dispersa metralla por doquier hiriendo a dos soldados malienses de la guardia.

El personal de la base se despierta sobresaltado y acude a sus puestos de combate donde entre la guardia hispano-maliense y los atacantes se sostiene el tiroteo desde el inicio del ataque, la guarnición se suma a la lucha y tras una hora de intercambio de disparos en la oscuridad el enemigo rompe contacto y se retira usando las motos dejando sus muertos en la zona.

En el primer vehículo se transportaban 500 kilos de explosivo

Se encontrarían hasta cuatro cadáveres en un reconocimiento posterior, aunque las primeras informaciones solo hablaban de uno, luego se establecería que aparecieron tres más aunque se tardó en identificar que no fueran civiles atrapados en medio del enfrentamiento.

Lo que da un total de seis yihadistas abatidos, los conductores de los dos pick-up, de una fuerza teórica de quince contra dos soldados malienses heridos que fueron atendidos por los servicios médicos de la propia base.

El reconocimiento también detecta que en el primer vehículo se transportaban 500 kilos de explosivo por lo que se estima que era la carga que acarreaba el que hizo explosión, lo que nos da una tonelada de explosivo.

De haber estallado esta carga dentro de la base los resultados habrían sido devastadores con una lista de muertos horrorosa.

Este modus operandi ha sido usado por el ISIS en Siria

Aunque las investigaciones acaban de empezar y se desconoce la naturaleza de la organización terrorista implicada todo indica que los yihadistas pretendían un "atentado a la Siria", con un primer coche bomba que se estrella contra la entrada de la base, estalla liquidando a la guardia y abriendo paso y tras este un segundo vehículo entra en el cuartel, se estrella contra un edificio y explosiona. Aprovechándose del caos una partida armada entra en la base y a tiros ametralla a cualquier superviviente que encuentren vagando por la zona.

Este modus operandi ha sido usado por el ISIS en Siria contra cuarteles del Ejército Sirio con resultados devastadores y de haber tenido éxito hoy la nación se encontraría sobrecogida lamentando una matanza. Por el contrario ha sido la formidable reacción armada de nuestros soldados la que ha abortado el atentado destruyendo a tiros el primer vehículo y evitando que el segundo atacase provocando su explosión prematura y después sosteniendo fuego con los yihadistas armados durante una hora de enfrentamiento.