Con las medidas de cuarentena implementadas para contener la expansión del Coronavirus multitud de eventos públicos, algunos de repercusión mundial como los Juegos Olímpicos, han tenido que ser suspendidos o aplazados. En España, en el campo militar, una de estas cancelaciones ha sido la celebración del Día de las Fuerzas Armadas, DIAFAS, que se celebra el 30 de mayo por ser la festividad de San Fernando.
De este modo, las jornadas de puertas abiertas, las exhibiciones operativas en público y el desfile, que este año iba a tener la ciudad de Huesca como sede, mientras la ciudad muy unida a las tropas de montaña esperaba con ansia este evento, han tenido que suspenderse a la espera de tiempos mejores.
Ahora bien, el DIAFAS sigue en el calendario como celebración y aunque reducido a la mínima expresión como evento, también ha servido para rendir homenaje a las FAS en su lucha contra el Coronavirus y para que los diferentes ejércitos rindieran su particular homenaje a las víctimas de esta pandemia de Covid 19.
De este modo, la videoconferencia que el Rey celebró con las diferentes unidades militares en misión, desde la sede del Mando de Operaciones en Retamares, Madrid, y los homenajes que en distintos acuartelamientos se hicieron a las víctimas son las características principales de este atípico y, en cierto modo, triste DIAFAS 2020.
Videocoferencia en Retamares
Recibido por la Ministra de Defensa y la totalidad de miembros de la Cúpula militar, la videoconferencia del Rey Felipe VI al Mando de operaciones empezó con un minuto de silencio, en homenaje a las víctimas de la epidemia.
Las series de conexiones por videoconferencia empezaron con unidades desplegadas en operaciones nacionales permanentes, como la vigilancia del espacio aéreo y marítimo y de los territorios más comprometidos geográficamente como son los de la Ciudad Autónoma de Melilla. De este modo, el Rey conversó con los jefes de la guarnición en Chafarinas, Peñón de Vélez de la Gomera y Peñón de Alhucemas, con el mando del buque "Relampago" y con el Grupo Central de mando y Control, GRUCEMAC, del Ejército del Aire que custodia el espacio aéreo.
El segundo bloque de contactos se dedicó a las operaciones en el exterior, que incluyó los jefes de los contingentes de Líbano, su relevo se ha visto alterado por la pandemia, con Iraq. El Rey recordó su vista a zona hace un año, con los destacamentos en las Repúblicas Bálticas con Lituania, aéreo con cazas F-18, y en Letonia, terrestre con carros de combate.
La Armada saludó al Rey desde la fragata “Numancia” en misión en Somalia y el almirante jefe de la misión Atalanta significó al Rey los cambios que ha acusado la piratería en la zona, pues esta ha sido barrida en tal actividad optando ahora por el contrabando y tráfico de personas, ilícitos para los que las marinas de la Operación Atalanta no tienen un mandato definido.
Supervisando la Operación Balmis
Una representación de unidades desplegadas en la Operación Balmis contra el Coronavirus entre las que están: la Brigada “Galicia” VII, el Regimiento de Defensa NBQ nº1, así como de la Unidad de Seguridad del Mando Naval de Canarias, el Ala 31 que con sus A-400 trajo los primeros suministros médicos procedentes de China y la UME, que aportó la visión de dos de sus oficiales: un capitán con un resumen de las intervenciones de desinfección de la unidad y una comandante médico, que informó sobre las pruebas de identificación del virus realizadas en el Laboratorio de Identificación Rápida de la unidad.
La Guardia Real, destacada personalmente por el Rey a la misión, informó de su tarea en boca de su jefe y el director del Hospital Gómez Ulla resumió el esfuerzo realizado por esta clínica militar durante la crisis.
Aunque el Rey reconoció y habló directamente con todos los contactados en su alegato final, dejó esta frase como sentencia:
“Aunque queden tiempos duros e inciertos, juntos estamos superando la crisis más importante de nuestra historia reciente. Pero somos un gran país, que encara siempre de frente las dificultades para saberlas vencer”.
Homenajes a los fallecidos
Anulados los actos centrales del DIAFAS por la enfermedad, solo cabía recordar a los que esta epidemia se llevó, por ello los homenajes de las FAS a los fallecidos se han sucedido en multitud de acuartelamientos y bases, ya sea el Estado Mayor de la Defensa, EMAD o las bases de la Armada en Ferrol, Rota, Cartagena, Las Palmas y Madrid.
Tomando como modelo la conmemoración realizada en la Agrupación de Infantería de Marina de Madrid, AGRUMAD, estos actos destacaron por su sencillez forzada por las medidas de seguridad que la pandemia de Coronavirus obliga, por ello no hubo grandes formaciones, ni público asistente, ni discursos, ni himnos, ni desfiles.
Solo un piquete de honores en el homenaje a los que dieron su vida por España, con un especial recuerdo a los muertos por la epidemia, y el toque de oración. Una serie de homenajes obligadamente modestos y con cierto poso de tristeza provocado por la epidemia y basado en la idea que vendrán tiempos mejores.
La actividad continua
Con todo la noticia positiva de este anómalo DIAFAS es que la actividad de los Ejércitos de España continua, pese a la emergencia y no solo en la "Operación Balmis", prueba de ello es que justo estos días los F-18 del destacamento Vilkas en Lituania ha realizado las primeras interceptaciones de aviones rusos que entraban en espacio aéreo protegido por la OTAN en el Báltico, e incluso han controlado a cazas Su-27 con los que tuvieron un incidente el verano pasado, y el contingente en Letonia se ha adiestrado con el resto de fuerzas aliadas presentes en la zona.
Una muestra que, pese a lo tremendo de las circunstancias actuales, la actividad cotidiana de las FAS para preservar la seguridad del país permanece.