El despliegue de las Fuerzas Armadas contra el coronavirus en medio de la "Operación Balmis" ha sacado a los ejércitos de sus cuarteles para, entre otras misiones, patrullar las calles tanto como medida de seguridad y refuerzo de la labor de las FCSE, proporcionar confianza al ciudadano y como disuasión ante conductas incívicas que rompan la cuarentena destinada a contener la epidemia.

En la historia reciente de España, el empleo de patrullas militares para vigilar las calles solo se ha cumplimentado ante graves amenazas terroristas, como tras el 11 de marzo de 2004 o en otros momentos de especial alarma terrorista coincidiendo con atentados graves ya en nuestro suelo o en el resto de Europa.

Estos despliegues eran siempre puntuales y muy breves en el tiempo y de hecho cuando disminuía el nivel de alerta se retiraban con la idea de recuperar la normalidad lo más pronto posible. Sin embargo, la gravedad de la actual crisis epidémica ha alargado esta presencia castrense en las calles por el momento sin fecha de conclusión.

Planificando la estrategia

A la hora de patrullar las calles ninguna unidad de las Fuerzas Armadas actúa por su cuenta, es el Mando de Componente Terrestre el que ordena las actividades ya sean patrullas, desinfecciones, apoyo logístico y eventualmente retiro de cadáveres. Diseñado el programa, este se envía a cada unidad alertada para la misión para que lo aplique en su zona de actuación, que por razones prácticas normalmente se circunscribe en las zonas aledañas al área geográfica de su asentamiento.

Las prioridades de actuación varían cada día pues mientras unas veces puede ser lo más urgente desinfectar infraestructuras críticas, mientras que en otras jornadas el apoyo logístico a los servicios públicos es lo prioritario, y en otras fechas mostrar presencia mediante patrullas en las calles es lo más indicado.

Organizar las patrullas

Cuando se realizan patrullas estas siguen unos propósitos lógicos: mostrar una presencia visible en los lugares donde puede haber más presencia de publico; en un día laborable zonas comerciales y de supermercados, o el centro ciudad donde habitualmente se supone que puede haber más presencia de público y evidentemente en horario diurno, de la mañana al atardecer..

En día festivo y con los comercios de alimentación cerrados son las zonas residenciales donde podrían encontrarse aglomeraciones de gente y por supuesto los hospitales, en los que en los días más duros de la pandemia se daban tremendas aglomeraciones de gente, lo que exigía un control efectivo para evitar muchedumbres.

Como un oficial aclara: "No nos desplegamos sin ton ni son, ni estamos para hacer el trabajo del personal de seguridad privada. Pero la experiencia previa ya nos dice dónde sería más beneficioso el despliegue y a que horas seriamos más necesarios".

En este punto pudimos compartir patrulla con la Brigada Paracaidista, BRIPAC, "Almogávares" VI, que desde su sede en Paracuellos del Jarama se encarga de operar en el norte y este de la CCAA de Madrid y en las provincias de Guadalajara y Toledo, analizando su labor de patrulla en las localidades de Torrejón de Ardoz y Alcalá de Henares.

Patrulla en la calle

Tras una desinfección previa de personal y vehículos de la patrulla, simplemente con pulverizaciones de lejía rebajada con agua que es plenamente eficaz contra el Covid-19, esta parte las primeras localizaciones de su despliegue, las zonas comerciales y la plaza central de las localidades a patrullar donde se espera mayor concentración ciudadana.

La misma presencia de uniformados supone una sensación de estabilidad en la zona y lo cierto es que la población lo entiende así, pues no son pocos los paisanos que se acercan a los soldados ya para preguntar por una calle o pedir todo tipo de información sobre la cuarentena o no.

Las peticiones de ayuda de estos a las fuerzas son lo más corriente: "Sobre todo en zonas comerciales, el mismo personal del supermercado nos pide ayuda para organizar las colas, que no se agrupe la gente y se eviten las aglomeraciones.

En hospitales nos pasa igual a veces nos desplegamos para evitar las aglomeraciones y hacer que la gente mantenga la distancia de seguridad".

Impedir las aglomeraciones públicas

Esta idea de evitar que se produzcan aglomeraciones es un factor esencial, el virus se expande al alcanzar los fluidos corporales donde se aloja los puntos de entrada naturales como ojos, oídos, nariz y boca. Si el contacto no se mantiene el virus cae por gravedad al suelo y termina muriendo al secarse el fluido que lo sostiene, según la superficie donde se deposite su resistencia es mas prolongada o no.

Por ello disuadir de crear "corrillos" de gente suele ser la primera labor: "Hay que entender que a los españoles por cultura nos encanta relacionarnos y el contacto físico, por eso siempre tendemos a acercarnos e inconscientemente se rompe esa distancia de seguridad".

Interactuando con el público

Cuando se ve una alteración en publico la cortesía y las buenas maneras son lo indicado para dirigirse a la gente explicando el modo correcto a proceder, las patrullas no van armadas salvo el jefe de la patrulla y solo como autodefensa ante una agresión. Si se es testigo de un delito el procedimiento a seguir es avisar a la policía y como mucho retener al sospechoso hasta que esta llegue, algo que es legal para cualquier ciudadano ante un delito flagrante.

De este modo en Murcia efectivos de la III Bandera de la BRIPAC inmovilizaron y retuvieron a un agresor por violencia de género pillado in-fraganti agrediendo a su ex pareja en la calle. El agresor fue detenido por la policía alertada de inmediato y puesto disposición judicial.

O en la misma ciudad otros paracaidistas de patrulla descubrieron a un joven magrebí que trataba de deshacerse de un paquete sospechoso que demostró ser un fusil del calibre 22 ilegal, con el número de serie borrado, y para el que carecía licencia.