Un dicho militar mantiene: "Sin el hombre que lo maneja, un arma no es más que metal muerto. Con mucha estética, pero muerto". Es una frase acertada, pues de nada sirve disponer del equipo más sofisticado, sin el personal adecuado para manejarlo, en el campo de los satélites de inteligencia es la labor del CESAEROB, la de interpretar lo que detectan por su sensores visuales, radáricos y optrónicos.

Lo que al fin y al cabo es la razón de ser de un satélite de inteligencia, descubrir los secretos del enemigo desde el espacio, pero evidentemente si en tierra no hay nadie capaz de interpretar esa información de nada sirve disponer de ella y el satélite se vuelve en algo inútil, en el metal muerto que veíamos en el dicho anterior.

Interpretar las imágenes por satélite

Situado en la madrileña Base de Torrejón, el Centro de Sistemas Aeroespaciales de Observación, CESAEROB, es una de las unidades más desconocidas de las Fuerzas Armadas y frente a la actividad de otras unidades más tácticas y de renombre, su actividad pasa muchas veces desapercibida, más si tenemos en cuenta las misiones internacionales y sus acciones de combate, el manejo de sistemas de armas sofisticados y sin olvidar el gigantesco despliegue de las FAS en la Operación Balmis contra el Coronavirus, que ha atraído la atención de la opinión pública por encima de cualquier otra noticia.

Pero su misión es vital, pues es la de revisar las imágenes captadas por los satélites de observación, interpretar la información que aportan, analizar esa información y contrastarla con otras fuentes y sacar de esa información conclusiones claras con otras instancias, que permitan al mando de las FAS y, por el ende al Gobierno, las decisiones acertadas en temas de defensa nacional.

Orígenes de la unidad

Constituido en el año 2000 como una unidad del Ejército del Aire, la historia del CESAEROB empieza realmente doce años antes en 1988 cuando Italia, Francia y España firman el proyecto Helios, para dotarse de un satélite de vigilancia conjunto, el Helios I y utilizarlo en misiones de inteligencia para no depender del auxilio de terceros, léase EEUU, en estos temas.

En 1994 se forma el comité conjunto multinacional para analizar la información que el satélite suministre y es en 1995 cuando el Helios IA es lanzado al espacio, permaneciendo en órbita y suministrando información hasta 2012, en que ya obsoleto y sin combustible fue sacado de órbita para ser destruido en una reentrada controlada.

Lo cierto es que un satélite siempre tiene una vida útil superior a la prevista, pues estando en órbita su consumo de combustible es mínimo, solo necesario para alterar momentáneamente dicha órbita. Por ello, su operatividad siempre trasciende a las previsiones iniciales de los constructores y un equipo pensado en principio para durar cinco años puede prolongar su vida útil hasta los diez o doce, sí se hace de él un uso inteligente.

Desde entonces, nuevos satélites conjuntos se han puesto en el espacio para complementar y sustituir a este primer Helios IA, los modelos IIA y IIB lanzados en 2005 y 2009, los Pleiades IA y IB lanzados en 2011 y 2012 y el primer satélite íntegramente español, el PAZ enviado al espacio en 2018.

Funcionamiento del CESAEROB

Aunque dependiente del Ejército del Aire en su funcionamiento y comandado por un coronel del mismo, el Centro de Sistemas Aeroespaciales de Observación depende del JEMAD para su función operativa y funcional, ya que su trabajo es gestionado por el Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas, CIFAS, dado que su cometido es interpretar la inteligencia obtenida por los satélites y suministrar esa información al escalón superior determinado, para que con ella puedan tomar la decisión más adecuada.

De este modo, el centro funciona bajo demanda de la gestión de inteligencia por imágenes que le requieran los tres ejércitos y el Centro Nacional de Inteligencia, CNI. Según le soliciten algunas de estas ramas de la administración de defensa una información, el CESAEROB la analiza, estudia y envía un dictamen al organismo solicitante que le pedirá nuevos informes, si necesita más datos o se dará por satisfecho con los enviados, según la situación particular analizada.

Al ser aprovechado por las FAS en su conjunto en el CESAEROB trabajan tanto personal del Ejercito del Aire, un 88%, del ejército de Tierra, un 14% y de La Armada un 13%, hasta completar los 74 puestos cubiertos en la unidad, aunque el centro tendría que tener 96 para considerar estar cubierto al 100%.

Empleando los satélites Helios y PAZ

Para trabajar,el centro se sirve de las imágenes enviadas por los satélites Helios y PAZ. El Helios trabaja con cámaras ópticas y de infrarrojos obteniendo imágenes visuales de alta resolución, pero al ser óptico no atraviesa las capas de nubes, por lo que si el cielo está cubierto, solo capta un manto blanco.

Es entonces cuando se recurre al PAZ, que funciona con imagen de síntesis obtenida por radar, pero al revelarse esta aparece una interpretación de ordenador de los ecos detectados por el radar en forma de puntos, cuya figura según la localización puede ser confusa.

Como aclaró un comandante especialista: "Imagina que detectamos una columna de blindados, esta por el PAZ nos aparece como una serie de marcas en relieve, que puede ser confuso identificar. Por ello necesitamos una imagen óptica que nos verifique que lo estamos viendo sea realmente lo que nos indica la imagen por radar". Por ello se entiende que es necesario combinar las ventajas de cada sistema, óptico y radárico, para obtener la mejor información posible.

Limitaciones de uso satelital

El PAZ es un satélite de uso dual, militar y civil, capta un centenar de imágenes al día de las que 33 son de uso militar exclusivo y con preferencia a obtener todas las imágenes extra que necesite, el resto son imágenes para clientes civiles que van desde compañías navieras, multinacionales o el Ministerio de Transición Ecológica para controlar incendios forestales entre otros usos.

El Helios al ser un proyecto compartido es empleado a la vez por: Francia, Bélgica, Italia, Alemania, Grecia y España. Teniendo cada país un porcentaje de acceso a imágenes, según su aportación económica al proyecto, Francia es el socio principal con mayor cobertura de imágenes, ahora bien existe entre los miembros un "pacto entre caballeros" por el que que cada país que necesita tal o cual imagen satelital la obtiene de sus socios.

Los satélites en el futuro inmediato

El problema del Helios es que este agotará su vida útil en diciembre de 2021, no previéndose un nuevo satélite en ese programa en tanto el socio principal, Francia, está apostándolo todo a un sistema nuevo, el CSO mucho más avanzado y completo.

España podría unirse al proyecto en condiciones similares al Helios por un periodo de cinco años prorrogables a partir de 2022, aunque todavía no hay decisión política al respecto.

Existe una alternativa, el lanzamiento del satélite español SEOSAT-INGENIO, cuyo despegue está previsto para el 25 de agosto de este 2020, desde la base de lanzamiento de Kurú. Por su sistema óptico, sería el complemento ideal del PAZ también en uso dual, militar y civil, si las prestaciones de este son equivalentes a las del Helios o comparables a las del CSO, que está todavía por verse.

España podría ser temporalmente autosuficiente en materia de vigilancia por satélite mientras estos estén dos sistemas, PAZ e INGENIO, estén operativos.

Todo depende de las disponibilidades y las capacidades que se alcancen y de la conveniencia de primer nivel de mantener programas conjuntos con países aliados, aparte de estar dotado de sistemas propios.