En Canarias, la Base de Gando, a las afueras de Las Palmas de Gran Canaria, es envidiada por aviaciones de países aliados. Lo es por las delicias que aporta la vida en las Islas, por lo benigno de su clima, por la cantidad de horas de luz anuales -lo que permite muchas horas de vuelo- y porque al sur del archipiélago, sobre el océano, existe una vasta zona libre de tráfico aéreo civil, denominada D-79, especialmente adecuada para ensayar las técnicas de combate en el aire.
Dado su gran tamaño, 370 kilómetros de largo por 300 de ancho, divididos en dos zonas, permite realizar toda clase de ejercicios de combate aire-aire y practicar toda clase de ejercicios de combate caza contra caza.
Un escenario perfecto para entrenarse
Por ello, cuando se da la oportunidad de realizar practicas en esa zona, las fuerzas aéreas de países aliados "se dan de tortas" por acudir. Y este ha sido el motivo por el que coincidiendo con que el Ejército del Aire (EDA) ha realizado sus ejercicios de combate aéreo anuales Ocean Sky tomando Gando como sede, unidades tan distantes como el estadounidense 493 Escuadrón de la USAF -con sus cazas F-15, con 12 unidades y 275 efectivos- y el 151 Escuadrón de la Fuerza Aérea Turca -equipado con F-16, 4 unidades y 40 efectivos- hayan dejado sus bases en Lakenheath (Reino Unido) y Merzifon (al norte de Turquía) respectivamente para entrenarse en combate aire-aire contra destacamentos de todas las alas de combate del EDA: 11, 12, 14, 15 y 46, dotadas de Eurofighter y F-18.
Resumiendo, un total de 50 aviones de combate entre propios y aliados. Para entender la magnitud del Ocean Sky solo basta apuntar que el EDA solo dispone de alrededor de unos 170 aviones de combate, con lo que el ejercicio implica una fuerza que asciende a casi a un tercio de nuestro Ejército del Aire.
Instrucción continua e incesante
Se dice que un piloto de combate es el soldado mejor entrenado del mundo. Y no es una frase vacía. Se tarda un mínimo de cinco años en su formación y después de graduado sigue una serie de pruebas y entrenamientos constantes, las maniobras y ejercicios se suceden continuamente y sin pausa, cuando concluyen unas maniobras se realizan otras, y después las siguientes, aunque con diferentes motivos y amenazas a batir para mantener ese nivel de exigencia que hace ganar experiencia, horas de vuelo y técnicas de pilotaje según el objetivo que se persiga.
De este modo, la facilidad que da la Base de Gando y su área de vuelo para ensayar otras técnicas como el ataque a tierra o superficie o la defensa de objetivos, ha hecho que desde 2004 el EDA realice allí los ejercicios anuales de Dissimilar Air Cambat Training (Entrenamiento de Combate Aéreo Disimilar) o DACT, donde los pilotos se enfrentan entre sí con sus propios aviones y prima su habilidad y pericia personal para el combate contra otros cazas por encima de otros factores.
La continua asistencia de unidades aliadas invitadas a este ejercicio a lo largo de los años forzó a buscarle un nombre menos académico y más aguerrido, por lo que se eligió el de Ocean Sky (Cielo Oceánico). Aunque es una maniobra del EDA en la que se invita a unidades aliadas, lo cierto es que la llegada de éstas es poco menos que un hito en cada edición pues, aparte de los escuadrones turco y estadounidense, se cuenta en esta ocasión con un avión AWACS proporcionado por la OTAN, que monitoriza las operaciones desde el aire, y con observadores de las fuerzas aéreas de Grecia y Polonia y del Mando Europeo de Transporte Aéreo.
Para la siguiente edición se habla ya del concurso de la RAF británica o la Aeronáutica Militare de Italia.
Definiendo las operaciones en el aire
La planificación de una misión aérea poco tiene que ver con la inmediatez que se ve en una producción cinematográfica y, salvo en una misión de defensa aérea, donde hay que estar en el aire de inmediato, las misiones aéreas se prolongan de media durante unas doce horas, que comprenden la planificación, el planeamiento, la organización y la definición de la misión y objetivos. Solo al final es cuando los aviones salen al aire y normalmente por menos tiempo que conlleva su planeamiento.
En este aspecto se han planificado para Ocean Sky toda clase de escenarios, que van desde el rescate de un piloto derribado, la eliminación de un líder terrorista, la escolta aérea a una columna humanitaria o el enfrentamiento en combate aéreo a una fuerza aérea enemiga.
Y todo en un contexto en que las fuerzas aliadas se enfrentan a una fuerza enemiga superior en número y que tiene la superioridad aérea en la zona.
Alto nivel de exigencia
Por ello, en cada misión, las unidades propias deberán batirse contra una aviación superior que les entorpece y hace imposible el realizar cada misión según lo planeado. De este modo, a cada operación se le añade ese factor de incertidumbre que puede hacerla fracasar y obliga a los pilotos a cambiar los planes sobre la marcha, un ejercicio disimular que busca sacar a los pilotos de su "zona de confort" para enfrentarse en un escenario difícil, cambiante y exigente.
Una oportunidad de instrucción excelente que, por su alto nivel, no es extraño que sea envidiada por aviaciones aliadas que se suman al Ejército del Aire en este operativo.