En uno de los últimos Consejos de Ministros de 2018 se ha decido aportar un significativo presupuesto a los programas de Defensa españoles que suponen la la inversión de 7.331 millones de € en nuevo equipo militar en un programa plurianual que se extenderá hasta 2032. Esto supone una modernización profunda de las Fuerzas Armadas que se verán reforzadas con programas de armamento vitales que además de garantizar su operatividad en el futuro garantizaran no menos de 8.500 puestos de trabajo los próximos años.
Armada y Fragatas F-110
La partida más llamativa es la aprobación de la construcción de cinco nuevas fragatas de la clase F-110 con tecnología radar y de misiles Aegis y capacidad furtiva de última generación que se construirán en los astilleros del Ferrol y que remplazarán, a partir de que sean botadas en la década de los 20, a las seis fragatas de la clase F-80 que ya acumulan 35 años de servicio.
Esta construcción asegura la superveniencia de los astilleros del Ferrol, que llegaron a estar amenazados de cierre durante 10 años y supone la creación de 7.000 empleos directos e indirectos a partes iguales. Este plan de construcción implica la inversión de 4.325 millones de €.
La Armada también se ha beneficiado el pasado mes de noviembre del aumento de techo de gasto del programa de submarinos S-80, lo que por 1.400 millones de € extra garantiza la pervivencia de los astilleros de Cartagena y la fabricación de cuatro unidades estando prevista la botadura de la primera para 2021.
Ejército de Tierra: el 8x8 'Dragón'
El remplazar a sus veteranos vehículos BMR es una ansia expresada a gritos por el Ejército de Tierra desde hace años.
El BMR que por sus intervenciones en misiones internacionales se ha convertido en el vehículo más característico del ET es un diseño de los años 70 que si bien muy adecuado para los requerimientos por los que fue diseñado, transportar protegidas a las tropas al campo de batalla en una guerra convencional, se ha revelado muy vulnerable a la acción de minas e IED lo que forzó a retirarlos de los teatros de operaciones de Líbano y Afganistán.
De hecho el concepto de "Brigada 2035" que el ET experimenta para organizar sus grandes unidades a partir de ese año se basa en un nuevo vehículo 8x8. Esta nueva máquina actualmente en fase de prototipo y fabricada por un consorcio de empresas recibirá el nombre de "Dragón" y las primeras cinco unidades se recibirán en junio para ser probadas por La Legión en su base de Viator, Almería.
Hasta 2025 se entregarán al ET las primeras 348 unidades y en lotes sucesivos se alcanzarán los 1.000 ejemplares en un período de 10 años. Esto garantiza carga de trabajo a cuatro factorías repartidas por toda España y hasta 650 empleos directos y 1.000 indirectos con una inversión de 2.100 millones de € hasta 2030.
Ejército del Aire y Eurofighter
El Ejército del Aire tiene la aportación menos novedosa en cuanto a material pues los 906 millones de € que recibe se emplearán en modernizar y poner al día la flota de Eurofighter y en lograr que estos aviones no queden desfasados frente a los aparatos del resto del consorcio europeo constructor: Alemania, Italia y Reino Unido, ni frente a aeronaves de fabricación americana presentes en otras fuerzas aéreas.
Con ello la flota de 73 Eurofighter, hay 69 en servicio más otros cuatro que se entregarán en 2019, estará siempre equipada con lo último en tecnología aeronáutica y será la versión más moderna de este avión.
Con todo el EDA debe ya encarar la sustitución a medio plazo del F-18, para 2020 se despedirá a los veinte F-18 destinados en Canarias y se les remplazará por Eurofighter, y a partir de 2025 será preciso ir dando de baja a la flota de F-18.
Su remplazo lógico es el programa europeo FCAS, Future Combat Air Sistem, ahora iniciado por Francia y Alemania al que España ha exigido sumarse y que se espera también se una Gran Bretaña. Este es un proyecto de alta tecnología pues no solo es crear un nuevo avión de combate, sino que desde el mismo se controle una formación de drones que atacarán sus propios objetivos independientemente de las operaciones que este acometiendo el avión principal, táctica "enjambre".
Ahora bien no se espera que el proyecto FCAS vea la luz hasta más allá de 2030 por lo que para cubrir el hueco que deje el F-18 se ha especulado con la compra de Eurofighter extra, por lo que es posible que avanzada la siguiente década el EDA opere el Eurofigter como único avión de combate al menos por unos años de transición.
En definitiva un espaldarazo de primer orden que aunque implique una fuerte inversión garantiza la pervivencia de la industria de defensa española, salva empresas en peligro de cierre, garantiza miles de empleos y certifica que las FAS encaran estas primeras décadas del siglo XXI con lo último en tecnología bélica.