Atacados de forma inmisericorde desde que en 2011 se conoció que en su diseño existía un sobrepeso, lo que de hecho impedía emerger al submarino una vez sumergido. El proyecto de submarino S-80 ha sufrido un ataque incesante y cansino. Estas críticas no son hechas con la idea de reconducir y de forma constructiva sacar adelante el proyecto, sino con la mera idea de burlarse, flagelarse, buscar cabezas de turco y quejarse en un ejercicio vicioso de masoquismo sociológico que ningún problema resuelve, pero si parece muy lúdico de realizar.
La longitud de los muelles
La última polémica surgió el pasado 18 de julio cuando el diario El País publicaba en primera plana que el proyectado S-80 no cabría en los muelles de la Base de Cartagena, dado su tamaño final, 81 metros de eslora, tras la revisión de su diseño, pues los muelles de la base de submarinos solo miden 78 metros.
La noticia generó una polémica de primer orden en toda clase de foros y medios de comunicación generando un enconado debate entre expertos y tertulianos e incluso tuvo cierta repercusión internacional. Medios de la talla del New York Times o la BBC se hicieron eco de ella en un tono burlesco.
En cambio en la empresa Navantia y en la Armada solo provocó frustración, ira e indignación, animada por la falta de reacción del Ministerio de Defensa ante la polémica, siendo el comentario más suave que se estiló: "esto es absurdo".
Polémica estéril
Y es un absurdo pues desde 2011, justo cuando se detectaron los problemas de sobrepeso del submarino, ya estaba previsto en el proyecto el alargar los muelles de la Base de Cartagena para albergar a los nuevos S-80. Estas obras en no eran nada complicadas y presupuestadas en 360.000 € y no en 16 millones como se publicó.
Sin embargo, simplemente al prolongarse el proyecto por los problemas de diseño, las obras no se ejecutaron pues perdieron urgencia dado que los submarinos no se entregarían en los plazos previstos. Pero la obra estaba ya prefijada y presupuestada, simplemente no se ejecutó, pues no se disponía aún de la nave.
Y al cabo el alargamiento de los muelles no es más que una obra para optimizar las infraestructuras y hacerlas más eficientes pues tal y como está diseñado actualmente de estar operativo el S-80 cabe perfectamente en el muelle.
Tanto para ser abastecido, reparado, recibir equipo, armas y personal, sin ninguna clase de problema. La longitud del muelle es simplemente una preocupación de seguridad.
La eslora y la longitud del muelle
En un muelle como el cartagenero, los submarinos atracan de proa dejando sus hélices al borde del final del muelle, si sobresalen del mismo se puede dar el caso posible, pero muy improbable que un buque en tránsito se acerque demasiado a las hélices, choque con ellas y las dañe. Una hipótesis bastante improbable pues una base militar no es un puerto deportivo de las embarcaciones que van y vienen a capricho de sus patrones.Todas las navegaciones interiores están reguladas, vigiladas, autorizadas siguiendo unas rutas y áreas de navegación determinadas que evidentemente respetan las distancias de seguridad con los distintos muelles sean de submarinos o no.
Dicho de otro modo, no se puede ir en medio de la base con una lancha por el capricho de darse un "paseo por el puerto". Todo el control de la base impide la navegación anárquica y es esta disciplina y control la principal medida de seguridad, no tanto la longitud del pantalán que es solo un factor añadido.
De hecho, la actual serie en servicio S-70 no atraca aprovechando la total longitud del muelle, sino usando solo parte del mismo para no apurar las distancias e incluso sus hélices quedan al borde del final del cantil lo cual hipotéticamente las haría vulnerables a un choque. Pero no existe el menor temor al respecto no por la longitud física del muelle, sino por la disciplina y organización en el uso del puerto.
Los primeros submarinos recibidos con la ayuda americana en los años 60, clase "Guppy" y bautizados en España S-30, medían 90 metros de eslora y siendo mayores que la futura serie S-80 operaron sin problemas en los mismos muelles sin complicaciones.
Obras en el pantalán
Como todo un submarino, este necesita un punto de atraque específico con sus defensas adaptadas para evitar tocar con el buque el hormigón del cantil, pero cualquier puerto moderno dispone de la logística para disponer un área de puerto para albergar submarinos sin complicaciones previa demanda de atraque. Para albergar los S-80 el pantalán central se ampliará y se dotará de defensas extras, pero hoy no afecta a la operatividad del mismo, pese a todo titular sensacionalista que se publique.