Es precisamente para buscar ese entrenamiento que garantice actuar de forma decisiva de ocurrir el desastre por lo que la Armada realiza cada dos años los ejercicios MARSEC para reaccionar ante cualquier tipo de desastre que pueda ocurrir en la mar ya sea en puertos o en alta mar. Se evalúan una larga serie de escenarios, hasta doce, donde se simulan diferentes tipos de desastre ya sea un buque secuestrado y su rescate, despliegue de baterías de costa para repeler un ataque a puerto, enfermedad infecto contagiosa en un navío, tráfico de inmigrantes, submarinos accidentados, contrabando, pesca ilegal, tráfico de personas, etc.

Todo tipo de incidencias que pueden ocurrir en el mar o en puerto y se desarrollan los procedimientos a seguir para actuar contra ellas y minimizar sus efectos. Ahora bien, la Armada no realiza estos ejercicios en solitario sino que como en la realidad afrontar un desastre implicaría a toda clase de administraciones e instituciones públicas y privadas que se involucrarían en la catástrofe.

Por tanto en estos ejercicios participan también: Guardia Civil, Policía Nacional, Salvamento Marítimo, autoridades portuarias, Cruz Roja, bomberos, empresas privadas como SGS de extinción de incendios en barcos y recogida de residuos, policías locales y países amigos como Marruecos y Portugal.

Incendio y derrame químico

Uno de los escenarios más socorridos por lo previsible que aconteciera es el incendio y naufragio de un barco, y sí a esa escena le sumamos un vertido químico del buque siniestrado nos encontramos con una situación que abriría los telediarios de medio mundo. En el ejercicio es el buque “Martín Posadillo” el que le toca el papel de barco siniestrado.

Un incendio se declara a bordo, en la sala de maquinas, la primera reacción viene por los mismos equipos del barco que atacan el incendio en su origen pero que pronto se ven desbordados por la virulencia del fuego y no puede evitar que se derrame combustible al mar generando una característica mancha de contaminación. Esta se imita usando "palomitas de maíz" por cuatro razones: dan un aspecto en el mar semejante a una mancha de contaminación, flotan, son plenamente biodegradables y los peces se las comen.

Ante la gravedad del incendio y el derrame se envían refuerzos en forma de bomberos civiles y de la Armada que atacan el fuego tanto desde dentro del barco como desde fuera, ya sea atacando el origen del incendio como refrescando el casco. Un buque civil de extinción de incendios se suma a la tarea inundando el barco con chorros de agua que finalmente termina extinguiendo el incendio. Todo el proceso de extinción ha sido dirigido desde un helicóptero de seguridad marítima supervisando la operación en altura

Hay heridos tanto por fuego como por intoxicación por humos por lo que deben ser evacuados en ambulancia a los hospitales previamente alertados, del mismo modo salvamento marítimo vigila el entorno con varios buque para recoger a toda persona que caiga al agua.

Para recoger el vertido al mar se despliega otro buque de la autoridad portuaria que despliega una manga de goma que atraviesa la mancha contaminante y por decantación recoge el combustible, tras varias pasadas la mancha queda totalmente limpia.

Ya extinguido el incendio un equipo de investigadores de la Armada equipados con trajes de protección penetran en la humeante sala de maquinas para evaluar los daños y descubrir el origen y la causa del fuego. Esta acción concluye el simulacro.

Interés internacional

Como se puede comprobar hasta una docena de instituciones privadas y públicas han intervenido en el ejercicio del mismo modo que se actuaria en un caso de desastre real, con todas las administraciones instituciones trabajando juntas y coordinadas para un objetivo común.

Esta coordinación es lo provechoso del simulacro, buscar una cooperación de distintas instituciones de forma natural. Tanto es así que el ejercicio despertó un alto interés internacional pues se agregaron observadores militares de 8 naciones: Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí, Mauritania, Túnez, Colombia, México y Grecia.

Precisamente para emular el método de coordinación que se ha desplegado en este ejercicio MARSEC que ha organizado la Armada Española.

Ensayado el sistema solo queda esperar que de ser usado en una situación real de tan buenos resultados como en este simulacro. Esa es la cuestión que de acontecer solo la realidad de los hechos podrá responder.