España vivió con vergüenza el secuestro de los pesqueros Playa de Bakio y Alakrana , en 2010 y 2011, que concluyeron con el ignominioso pago de rescates y en que los piratas secuestradores escaparon de rositas habida la cobardía y pusilanimidad contrastada del gobierno de entonces presidido por José Luis Rodríguez Zapatero. Rescates pagados y piratas huidos no porque se careciera los medios para hacerles frente y rescatar a los rehenes, sino porque la indolencia de la administración negó la intervención a los buques de la Armada y al destacamento de Fuerza de Guerra Naval Especial, FUGNE, enviada a la zona.

La opinión de todos los analistas y expertos en temas de defensa fue clara: "De nada sirve tener buques de guerra de última generación ni comandos de élite si no existe la voluntad de emplearlos".

La experiencia real

Este velo ignominioso empezó a levantarse con el heroico y ejemplar rescate de la ciudadana francesa Evelyne Colombo el 10 de septiembre de 2011 por efectivos de la FUGNE a bordo del buque Galicia, el triunfo de esta operación y su brillante ejecución puso a España en el mapa de las naciones capaces de llevar a cabo misiones de rescate de rehenes en el exterior.

A constar que la orden de rescate no vino del gobierno, sino del mando de la Operación Atalanta forzando a la administración Zapatero a admitir los resultados y tratando sacar a posteriori el mejor partido de ellos.

Tras este triunfo los éxitos navales españoles contra la piratería y rescatando rehenes se sucedieron: El 11 de marzo 2011 el Infanta Elena rescata un pesquero tipo Dhow secuestrado liberando a 14 rehenes y deteniendo a 10 piratas, el 14 de Marzo la fragata Canarias libera otro Dhow rescatando a 14 rehenes, llevaban 5 meses secuestrados, y capturando 7 piratas, el 16 de noviembre el Infanta Cristina rescata a un tercer Dhow liberando a 21 rehenes y apresando a 9 filibusteros.

En todas estas acciones se demostró que la habilidad táctica y de combate del pirata somalí es simplemente nula, los marinos españoles superaron en todo momento a los filibusteros y los sometieron con plena superioridad, un ejemplo evidente que con un uso controlado de la fuerza los casos de Alakrana y Playa de Bakio habría tenido un fin diferente al vergonzoso que tuvo.

Sin ser más prolijo en esta lista de éxitos y no abarcar otras acciones igual de contundentes contra la piratería lo cierto es que esta experiencia ha permitido refinar las técnicas de asalto a embarcaciones secuestradas y el rescate de rehenes en la mar. Una demostración de esta forma de hacer las cosas se vio pudo ver en el ejercicio MILEX realizado en aguas de Cádiz.

El escenario

Es el patrullero Vigia le toca hacer el papel del pesquero secuestrado "Avigi" que es seguido de cerca por la fragata Reina Sofía, emulando a auténticos filibusteros los "piratas" hacen presencia ostensible de sus armas en cubierta provocando a base de chulería y arrogancia. Es un error fatal pues permite a inteligencia evaluar su número, son 6, y armamento, fusiles de asalto, mientras en cubierta braman obscenidades, y evaluar además lo descuidados que son en las guardias y tomando precauciones, un claro reflejo de la realidad.

Con el portaaviones Juan Carlos I dirigiendo la operación en la distancia sendos equipos de la FUGNE embarcados en dos lanchas semirrigidas RHIB y en un helicóptero Sea King con un equipo de tiradores cubriendo al barco secuestrado se da la orden de iniciar el rescate.

El rescate

Mientras el Sea King sobrevuela el "Avigi", las lanchas RHIB se acercan a plena máquina al "pesquero", el ruido atrae a los piratas, cuatro de ellos salen al exterior y disparan contra las lanchas, desde estas se devuelve el fuego con ametralladoras pesadas, tres de los piratas se desploman.

Las lanchas llegan a la popa del objetivo y mediante escalas lo abordan, exactamente al mismo tiempo desde el helicóptero y mediante fast-rope los comandos del FUGNE desembarcan en cubierta y se despliegan arma en ristre, el pirata que ha escapado a las ráfagas de ametralladora se incorpora y dispara, es su último error los FUGNE lo abaten de inmediato, casi al tiempo un quinto bucanero es liquidado por los tiradores de élite desde el Juan Carlos I.

Solo queda el cabecilla en el puente de mando donde tiene al capitán como rehén, el resto de tripulantes está seguro en la habitación del pánico, los FUGNE asaltan el puente con granadas de humo aturdidoras, cuando el terrorista se vuelve para disparar contra un lado los operativos españoles entran en el puente por el lado contrario y lo abaten en el acto. Los seis piratas son baja aunque el rehén está herido.

Se organiza la evacuación y un helicóptero recoge al herido y lo traslada al Juan Carlos I donde será atendido en su hospital. Un éxito total como los acometidos en acción real en Somalia.