La intensidad de la segunda ola de Coronavirus ha forzado a la CCAA de Madrid a tomar medidas como el cierre de barrios y distritos dentro de la capital así como el de algunos municipios de la periferia. Para cumplimentar estas medidas se ha pedido el refuerzo de 222 nuevos efectivos de la Policía Nacional y Local para patrullar los barrios aislados y el concurso de las FAS para participar como rastreadores del virus.
Despliegue urgente en Madrid
En Madrid el despliegue de las FAS no volverá por el momento a ejercer de patrulla para vigilar las zonas en cuarentena, sino que su labor será la de rastreadores para identificar y localizar los nuevos brotes de Covid-19 y rastrear los contactos de los infectados para prevenir en lo posible una nueva eclosión del virus.
De este modo desde este mismo jueves 24 se han desplegado un total de 64 rastreadores militares de los que 32 pertenecen a la Brigada "Guadarrama" XII acantonada en la Base del Goloso y otros tantos del Mando de Artillería Antiaérea, MAAA, que tiene su sede en el barrio de Fuencarral al norte de la capital.
A este despliegue humano se suma uno logístico, pues en prevención de saturación de la sanidad madrileña las FAS ya han desplegado un hospital de campaña con 38 tiendas modulares en el recinto del Hospital Gómez Ulla. Este hospital pensado, en principio, para desplegarse en campaña, tiene completa capacidad para tratar perfectamente a los infectados y darles el cuidado requerido, aunque el techo que les cubra sea el de una tienda de campaña de última generación.
Estos nuevos efectivos se suman a los ya desplegados por la UME en la misma misión que empezaron su tarea hace unas semanas tanto en Madrid como en otras partes de la geografía nacional.
Relevando a la UME en el esfuerzo
Ahora bien, la sobrecarga de trabajo que en este cometido se encargó inicialmente a la UME está terminando por agotar a la unidad, por lo que son efectivos de las restantes unidades de las FAS las que están relevando paulatinamente en esa misión.
Un ejemplo es la CCAA de Murcia donde la UME ha sido remplazada por rastreadores del Ejército de Tierra, Armada y Aire que trabajan en conjunción con el Servicio Murciano de Salud y tras haber estos recibido un curso intensivo de 20 días por la Consejería de Sanidad, con la que trabajarán codo con codo en las labores de rastreo.
En Asturias sucede otro tanto con hasta 80 rastreadores del ET pertenecientes a la brigada "Galicia" VII, trabajando en tres turnos de 30 efectivos por turno, o en Baleares don 88 rastreadores del ET, 11 del Ejército del Aíre y uno de la Armada están ya en operaciones rastreando brotes en el archipiélago o en Navarra donde los trabajos de rastreo se centralizan desde el Recinto Ferial de Navarra sito en Pamplona.
Operación Baluarte. Rastreo del Coronavirus
Frente a la complejidad de la concluida Operación Balmis donde las FAS desplegaron un formidable contingente contra la pandemia en multitud de tareas desde las patrullas, la desinfección o el apoyo logístico. Esta nueva misión que ha sido bautizada como "Baluarte", tiene como único objetivo el rastreo de las trazas de Covid-19 para localizar posibles contagiados, asintomáticos o no, para proceder a su aislamiento y tratamiento y así cortar la cadena de contagio de la enfermedad.
Para ello las mejores herramientas son el ordenador, el teléfono y buenas dotes de amabilidad y simpatía. Cuando se recibe información en un centro de rastreo de personas de que tal o cual ciudadano ha podido estar en contacto con afectados por el virus se le localiza por teléfono, el rastreador se identifica como rastreador militar y de la manera más cortés posible interroga sobre los contactos del sujeto y con quién puede haber socializado desde que estuvo en contacto con el infectado confirmado, se le inquiere para que se haga las pruebas serológicas o PCR para dictaminar si realmente está contagiado y si es así es puesto en cuarentena, actualmente 10 días, si se revela asintomático o solo muestra síntomas leves, pero será hospitalizado si muestra un cuadro grave.
Es esta una tarea ardua pues la tasa de contagio del Coronavirus es muy alta y desde que un posible contagiado ha estado en contacto con un enfermo hasta que es localizado en el rastreo puede haber expandido la enfermedad en su entorno, por ello los rastreadores deben reiniciar su trabajo en multitud de ocasiones para perfilar la extensión del brote, lo que conlleva una carga de trabajo agotadora.
Por ello todo hace pensar que los equipos de rastreo militares se incrementarán en las próximas jornadas sí la enfermedad sigue al alza, sin descartar nuevas facetas de despliegue similares a los acometidos en la Operación Balmis. Todo depende en exclusiva de la evolución de la pandemia.