Si rememoramos las imágenes de la Guerra del Golfo de 1991 y de la Guerra de Iraq de 2003, entenderemos que el poderío militar iraquí fue barrido del mapa en una serie de ataques aéreos de precisión llevados a cabo por sorpresa por los EE.UU. y sus aliados, que en pocas horas redujeron la capacidad de defensa de Iraq a la nada y a la derrota total.

Poniéndose en la piel del enemigo, España formaba parte de la coalición aliada. Por tal motivo, cada año tres ejércitos realizan conjuntamente los ejercicios aéreos llamados "Eagle-Eye" (Ojo de Águila 20-03) que tienen como objetivo precisamente el garantizar que España no sufra un ataque sorpresa desde el aire que le incapacite la defensa, como históricamente le sucedió a Iraq en esos momentos históricos mencionados.

En esta edición, los ejercicios se practican en la costa de Huelva, desde Matalascañas a Palos de la Frontera.

Fuerzas desplegadas, coordinación entre los tres ejércitos

Aunque es el Ejército del Aire (EDA) el responsable directo de la defensa del espacio aéreo a nadie se le escapa que de haber una agresión bélica contra España todas las Fuerzas Armadas trabajarán en conjunto y como un todo para repeler la agresión, por tanto en estos ejercicios "Eagle-Eye" participan tanto el EDA, la Armada y el Ejército de Tierra dirigidos por el Mando Operativo Aeroespacial (MOA), que con dependencia directa del Mando de Operaciones del Estado Mayor de la Defensa dirige el ejercicio que implica a 3.000 efectivos de los tres ejércitos.

Y ello contando con las adecuadas medidas de seguridad y las dificultades que conllevan las actuales circunstancias de la epidemia de coronavirus, que obliga a aislar a los grupos de trabajo y mantener un seguimiento y control para prevenir las infecciones.

De esta manera la Armada aporta la fragata F-105 "Cristobal Colón", que navegando en la zona del Golfo de Cádiz monitorizará el espacio aéreo gracias a su sistema de combate AEGIS basado en el potente radar multifunción SPY1D, capaz de detectar objetivos a 400 km de distancia.

La fragata cubrirá la zona donde se desarrolla el ejercicio y su capacidad de detección se suma a la de los radares de vigilancia aérea repartidos por todo el territorio nacional que protegen el espacio aéreo español los 365 días del año.

El EDA implica en el "Eagle Eye 20-03" a seis de sus cazas Eurofighter del Ala 11 en alerta desde su base en Morón de la Frontera, ellos serán los que despeguen para identificar toda traza aérea no identificada para reconocerla y destruirla si así se requiere.

El Ejército de Tierra despliega una Unidad de Defensa Antiaérea (UDAA), basada en misiles Mistral de corto alcance y pertenecientes al Regimiento de Artillería Antiaérea (RAAA), 71 que en última instancia serán la última linea de defensa contra todo incursor en el caso que este pueda esquivar a los cazas Eurofighter y los misiles "Standard" que despliega la fragata.

Propósito de la operación

Hay que contar que la idea del ejercicio no consiste en contar aviones derribados al enemigo, sino en ejercitarse en esa coordinación entre los tres ejércitos para que bajo la dirección del Mando de Operaciones, MOPS, todo funcione en conjunto como un todo y cada parte del mismo sepa que hacer en el momento preciso.

El verdadero objetivo es buscar esa coordinación y que las tres ramas de las FAS actuen como un todo de producirse una agresión desde el aire. Por ello, los ejercicios que se prolongarán desde el 21 al 25 de septiembre abarcarán distintos escenarios de dificultad creciente: defensa contra un avión en solitario, lucha contra-misiles, combate contra ataques aéreas coordinados a diferentes altitudes y combate frente a una gran fuerza aérea enemiga. Tratando siempre de aumentar la dificultad pero no con la idea de obtener más puntos derribando enemigos sino de mejorar la coordinación entre los diferentes ejércitos.

De este modo la elección de la zona de Huelva no es casual, la existencia en ella del campo de tiro de Médano del Loro, el único capacitado de España para probar misiles antiaéreos, la cercanía de la Base Naval de Rota y la Base Aérea de Morón y la misma zona del estrecho de Gibraltar con sus innumerables infraestructuras y complejos de todo tipo que permiten simular multitud de amenazas y supuestos tácticos: desde el ataque a una refinería, el bombardeo de un puerto o la destrucción de vías de comunicación. Eso enriquece mucho el realismo del enfrentamiento que se persigue en estos ejercicios "Eagle-Eye".