Era el 7 de octubre de 2005 cuando una publicación del BOE daba por creada una fuerza militar formada por miembros de los tres ejércitos y diseñada para intervenir específicamente en emergencias públicas, catástrofes naturales, calamidades, desastres medioambientales, incendios y todo tipo de tragedias masivas que esporádicamente golpean a la sociedad.

La idea de crear esta unidad venia precisamente del por entonces Presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero y nacía acompañada de toda clase de polémicas, debates y suspicacias sobre su idoneidad, utilidad y posible continuidad ante un hipotético cambio de administración.

Transcurridos 14 años de esta creación se puede aseverar que la idea fue todo un acierto y la UME ha logrado un nivel de aceptación social encomiable. Su trabajo es admirado y reconocido y se ha convertido en la herramienta principal del Estado para paliar los efectos de toda clase de desastres ya sean inundaciones, incendios o cualquier tipo de calamidad pública.

La UME cuenta con un historial de 525 intervenciones

Los 14 años de historia de la UME han dado para un total de 525 intervenciones de la unidad, 52 en lo que va de 2019, tanto en nuestro país como en el exterior. Y en toda clase de situaciones de emergencia pública, desde las continuas campañas de lucha contra el fuego que se realizan cada verano a otros desastres como inundaciones, terremotos, nevadas, riadas, gotas frías, corrimientos de tierra, rescates de personas aisladas, salvamentos en montaña, evacuaciones de heridos y enfermos o incluso de limpieza de ríos de especies invasores como la extracción del Camalote, un alga de origen asiático cuya proliferación estaba contaminando el río Guadiana y eliminando las especies autóctonas por su toxicidad.

Los motivos del éxito de la UME en estas acciones, aparte de la preparación de su personal en acciones de socorro en emergencias y del moderno y eficiente material que dispone, se basan en la naturaleza militar de la unidad y su encaramiento de cada emergencia como si de una operación bélica se tratase, aunque usando las tácticas adecuadas en cada contexto.

Enfrentarse a la emergencia como si se enfrentase al enemigo

De este modo frente a un bombero civil que va a sofocar un incendio, un militar de la UME encara el fuego como enfrentarse al enemigo atacando el frente del incendio por varios flancos. Bombardeandolo desde el aire mientras se le acosa por tierra, del mismo que se combatiría un enemigo que avanza, aunque no se usen fusiles para pararlo, sino los elementos de extinción de incendios.

El rescate de una población aislada se toma con la urgencia que se emplearía en liberar una posición asediada. Como ejemplo el mismo general Alcañiz, jefe actual de la unidad, definió el rescate de 1.800 personas atrapadas en sus coches en la Sierra de Guadarrama por las nevadas de 2018 de esta manera: "Había muchas dudas en las administraciones sobre cómo proceder, así que lo encaré mandando a dos de mis batallones uno por cada lado para liberar al bloqueo de nieve a retaguardia y a vanguardia. Y salió bien, pudimos acceder a todos los vehículos y suministrar agua, comida y abrigo a la gente y al día siguiente ya teníamos la carretera abierta y los coches circulando".

Es esta naturaleza castrense la que da esa capacidad y es esa naturaleza militar la que se recalca en la unidad.

Su mismo fundador, el antiguo JEME, general Fulgencio Coll, lo dejó patente en un discurso a la unidad con motivo de uno de sus anteriores aniversarios pronunciando a voz en grito: "Somos militares".

Se suceden los reconocimientos a la UME

Es un axioma que lo que más agradece un soldado es que se le reconozca su trabajo, y más que con condecoraciones y recompensas que pueden ser muy de agradecer, lo que más hondo llega es el reconocimiento del pueblo tras un trabajo bien hecho. De este modo, fue muy emocionante para la unidad cuando un destacamento intervino en los terremotos habidos en Chile de 2017 y a su retorno el público del aeropuerto de Santiago de Chile les despidieron entre aplausos.

O más recientemente cuando la gota fría arrasó a mediados de septiembre el Levante Español y tras cumplir las labores de rescate y reconstrucción en Orihuela y Los Alcázares, la UME y el resto de unidades de las FAS que intervinieron en la emergencia fueron despedidas entre vítores, besos, flores, lágrimas, abrazos y aplausos por la población de ambas ciudades que se lanzaron espontáneamente a la calle a despedir y agradecer a sus soldados.

La celebración de este XIVº aniversario en la sede de la unidad en Torrejón no estuvo exenta de reconocimientos con la entrega de multitud de condecoraciones y galardones a personal de la UME por su labor este último año y la imposición de la Cruz de Protección Civil al jefe de la unidad que además se despidió de la bandera estando previsto su pase a reserva el próximo julio. El mismo general Alcañiz no pudo evitar emocionarse cuando en un ágape posterior la Ministra de Defensa le agradeció públicamente su tarea en la UME. Una emoción lógica y humana que es la que siente cualquier soldado cuando nota que es su pueblo el que le agradece su trabajo.