Todo el mundo ha podido ver alguna vez esta famosa tarta, ya sea en una película enfriando en la ventana o en una tienda de repostería decorando con alegría un escaparate. Se dice que esta tarta, típica de Austria, es una de las Recetas más antiguas que existen. Siendo el emblema de la ciudad de Linz, ninguna persona que vaya de visita se queda sin probarla, pero ahora podréis hacerla en vuestra casa sin ningún problema, pues es una receta sencilla y fácil.

Ingredientes

Para la pasta o masa quebrada necesitaremos:

  • 85 gramos de mantequilla
  • 65 gramos de azúcar en polvo
  • 1 huevo
  • 165 gramos de harina, preferiblemente de tipo OO
  • 50 gramos de harina de almendra
  • Vainilla en polvo
  • 1 gramo de canela en polvo
  • 1 gramo de levadura en polvo
  • Un poquito de sal, una pizca

Para el relleno simplemente necesitaremos una taza, o lo que equivaldría a 250 gramos, de mermelada de frambuesa.

Finalmente para el acabado utilizaremos gelatina de frambuesa, que le dará un aspecto luminoso y mucho más apetecible.

Preparación

Empezaremos esta tarta amasando en un principio la mantequilla ablandada junto al azúcar. Debemos amasar con calma y suavidad y dejar que se vaya mezclando hasta estar bien repartido. Tras esto añadiremos la pizca de sal y el huevo, procediendo con el amasado. Ahora añadiremos la harina, preferiblemente tamizada, y pondremos también la levadura. Si no encontráramos la levadura o no nos apeteciera ponerla no es necesario, es un ingrediente opcional de esta receta. A continuación mezclaremos también la pizca de vainilla en polvo, la canela y la harina de almendras. Debemos amasarlo todo junto hasta obtener al final una masa uniforme con todos los componentes integrados.

Una vez consigamos esto la envolveremos en papel film para dejarla reposar en la nevera. Deberá estar reposando un mínimo de dos horas.

Cuando la tengamos lista usaremos la masa para forrar un molde que tenga aproximadamente veinte centímetros de diámetro. Para esto utilizaremos más o menos dos tercios de toda la masa que hemos preparado en el paso anterior.

Intentaremos extenderla con un grosor de unos tres milímetros. Una vez la masa este puesta verteremos la mermelada de frambuesa encima, en el fondo del molde. Podemos ayudarnos con una cuchara para extenderla bien y que quede uniforme. Con el resto de la masa que nos ha sobrado procederemos a cortarla en tiras, tras haberla extendido.

Colocaremos estas tiras sobre el pastel de forma cruzada, apoyadas encima de la mermelada de frambuesa.

Una vez el pastel este listo pasaremos a hornearlo. Se deberá precalentar el horno a unos 180ºC, una vez a la temperatura hornearemos el pastel entre veinte y veinticinco minutos. Podremos ver como se va dorando la masa hasta alcanzar un color dorado y marrón. Cuando lo veamos al punto sacaremos el pastel y lo dejaremos enfriar completamente antes de sacarlo del molde. Una vez este listo podemos comerlo así o poner gelatina de frambuesa sin semillas sobre la tarta para darle un mejor aspecto.