Cuando se inició el despliegue de las FAS en la crisis sanitaria provocada por el Coronavirus, Operación "Balmis", era previsible imaginar que si la crisis se prolongaba la participación militar de los ejércitos en la misma aumentaría y prolongará en el tiempo, si la situación no ofrecía una mejora en el tiempo.

Y eso es precisamente lo que ha ocurrido, la extensión del estado de emergencia ha obligado a un refuerzo de la Operación “Balmis” y un incremento de la actividad militar en contención de la infección en multitud de tareas.

Aumento de efectivos y despliegue

En dos semanas desde el inicio de la operación, coincidiendo con el inicio de la cuarentena, el número de militares desplegados se ha duplicado con algo más 3.600 efectivos al cumplir la primera semana hasta más de 6.000 al concluir la segunda del estado de alarma e incrementarse progresivamente los puntos de despliegue, hasta 176 localidades hasta el momento.

En este despliegue se incluyen las CCAA de Cataluña y País Vasco donde las FAS se han desplegado en labores de limpieza y desinfección de grandes áreas como los aeropuertos de Barcelona y Bilbao, desinfectando residencias de ancianos o levantando hospitales de campaña usando infraestructuras ya existentes.

En puridad a la magnitud de la crisis y la carencia de medios propios han superado los recelos de sendos gobiernos autonómicos que se han visto forzados ha pedir ayuda a las FAS al verse superados.

Apoyo logístico aliado

Una consecuencia de la crisis ha sido el agotamiento del material de protección para sanitarios y personal médico, agotándose las existencias en pocos días, con ello se ha requerido la ayuda internacional, llegando la primera ayuda del exterior por parte de la República Checa y de China, así un Hércules C-130 partió a Praga a recoger 10.000 Equipos de Protección Individual, EPI, que entregó en la Base de Torrejón de Ardoz.

El envío fue organizado por el Centro Euroatlántico de Coordinación de Respuestas a Desastres de la OTAN, siguiendo la solidaridad de la alianza de apoyar a sus miembros en esta emergencia, en ese aspecto la capacidad de Chequia en lucha contra amenazas víricas, biológicas y químicas es mundialmente reconocida, siendo su ejército reconocido universalmente como uno de los más capaces, si no el mejor, en esta tarea por lo que la llegada de material de protección procedente de la República Checa no ha sido una sorpresa en medios militares.

Por parte de China, la ayuda fue recogida por un transporte pesado A-400M "Atlas" de la zaragozana Ala 31 que enviado a Shangai y tras 33 horas de periplo con escalas en Novosibirsk y Riga ha traído 14 toneladas de material sanitario. Estas incluyen pruebas de detección del virus, equipos de protección y mascarillas, materiales todos ellos de primera necesidad en esta crisis.

A constar que lo largo del viaje que la tripulación fue duplicada hasta los ocho aviadores que siguieron el vuelo de forma ininterrumpida, salvo una etapa de descanso en Shangai tras cargar el porte, relevándose consecutivamente. Además, en Francia se recogió un cargamento de 600.000 mascarillas que otro A-400M arribó a la Base de Getafe.

Tareas nuevas en la Operación 'Balmis'

En el frente interior y aparte de las misiones típicas de desinfección, logísticas y de seguridad que las FAS asumieron en la Operación "Balmis" muchas infraestructuras de las FAS se han reconvertido a la lucha contra la epidemia: desde la fabricación de mascarillas y EPI en talleres de la BRIPAC y de la Escuela de Paracaidismo de Alcantarilla, Murcia, o que la Unidad Médica de Apoyo al Despliegue Aéreo, UMAAD, monte el hospital de campaña que despliega habitualmente en zona de conflicto en el IFEMA madrileño.

También los laboratorios militares han reconvertido su producción a la fabricación en masa de elementos de primera necesidad como desinfectantes, soluciones hidroalcohólicas y demás limpiadores para desinfectar grandes infraestructuras y el medicamento paracetamol que ha demostrado ser bastante útil en el tratamiento a los infectados.

Uno de los aspectos más duros de esta operación ha sido la intervención en residencias de ancianos para encontrar a residentes muertos en sus camas y que no habían podido ser retirados por el caos en el sistema funerario, esto ha obligado a habilitar recintos como el Palacio de Hielo de Madrid o un pabellón de la Ciudad de la Justicia como morgues improvisadas.

De este modo, la asistencia a residencias de ancianos y sobre todo su desinfección ha sido una de las principales tareas de las FAS en esta misión junto con la desinfección de infraestructuras críticas.

Estrategia de despliegue futuro

Numéricamente, ha sido la UME la unidad más empleada en estas primeras semanas de Estado de Emergencia, pero este despliegue ha sido tan extenso que la unidad pronto empezó a dar muestras de fatiga por los que unidades los tres ejércitos la han relevado en muchas tareas para flexibilizar el despliegue.

De este modo, las patrullas de seguridad están siendo acometidas por unidades de la Policía Militar de cada ejército librando a la UME de esa tarea de apoyo a las FCSE, también unidades de combate se han unido a esta tarea como la Legión o unidades de artillería, esencialmente cerca de las ciudades de acuartelamiento para facilitar la logística. En este aspecto es muy significativo el despliegue de la Infantería de Marina por toda Andalucia, su principal unidad el Tercio de Armada esta acantonada en Cádiz, en esta tarea con ostensibles patrullas en las localidades costeras como medida disuasoria ante la cuarentena.

La misión continúa renovándose cada día con nuevos cometidos y despliegues, y solo la evolución de acontecimientos nos dirá en que modo se desarrolla esta Operación "Balmis" contra el coronavirus.