Es una tradición que viene de los Tercios de Flandes, cuando un nuevo maestre de campo tomaba el mando de un tercio, o de un grupo de ellos en campaña, se ceñía sobre la armadura una faja corta, fajín, de color rojo y una banda sobre el pecho para poder ser distinguido en el combate como el oficial al mando de ese tercio. De este modo, podía ser identificado a la vista por sus tropas en un momento histórico en que no existían ni la fotografía ni las reyes sociales.

Desde entonces, es la ceremonia de imposición del fajín la que realmente certifica que un militar ha llegado al grado de general más que el nombramiento en el BOE, y como primera militar española que alcanza el grado de general Patricia Ortega ha recibido el fajín rojo de su rango en una ceremonia solemne en el Ministerio de Defensa.

La imposición del fajín fue realizada por el general Varela

Fue el Jefe de Estado Mayor del Ejército, JEME, el general Varela, el padrino de la nueva general al ajustarle a la cintura el fajín de su graduación ante la mirada complaciente de la familia de la general, su marido y tres hijos, de sus compañeros de destino en el INTA, de una representación de comisarias de la Policía Nacional y oficiales femeninos de la Guardia Civil, de la plana mayor del ministerio incluidos los generales que hoy ocupan los puestos más relevantes y de la propia Ministra de Defensa.

En su discurso de investidura la nueva general recordó en primer lugar a todos los militares que en ese momento están de servicio: "Desde los que están en Letonia conduciendo un carro, a los que están en Mali pilotando un helicóptero o aquel que está en una garita montando guardía".

Agradeció a todos aquellos que se "lo pusieron difícil" pues la forzaron a superarse y a los que la animaron en este camino y que esos valores de apoyo, ayuda, compañerismo y perseverancia son los que se dan y ya estaban escritos en las Reales Odenanzas para las FAS y que su éxito no es solo un éxito personal, es un éxito colectivo, de todos las FAS y especialmente de "aquellos que se dejaron los estereotipos fuera del cuartel".

La ministra de Defensa mandó una indirecta a Pablo Iglesias

En su papel de JEME, el general Varela recalcó que este es un éxito de la normalidad que viene por méritos y no por cupos, sino por superar las etapas profesionales que cada militar encuentra en su carrera: "Un oficial tarda unos treinta años el alcanzar la categoría de general, los mismos que ha necesitado la general Ortega para llegar hasta aquí tras superar las etapas, los cursos y los destinos que encontrará en su camino".

La Ministra de Defensa hizo una comparación un tanto pintoresca de la carrera de la general Ortega con la llegada del hombre a la luna. Se cumplen ahora 50 años de esa gesta, como esfuerzo de trabajo en equipo y con un propósito y planteó los valores morales de las FAS como ejemplo frente a aquellos que solo buscan "el personalismo".

Una alusión nada velada a Pablo Iglesias por sus reticencias a apoyar la candidatura de Pedro Sánchez a Presidente del Gobierno y a su deseo de copar ministerios en el gobierno, cuando se da la circunstancias que existe un gobierno en funciones y la investidura del nuevo sigue estando en el aire.

El nombramiento de Ortega abre una nueva etapa en las Fuerzas Armadas

En perspectiva, el nombramiento de la general Ortega abre el camino a que nuevas oficiales alcancen el generalato en los próximos años, pero estos serán en escalas técnicas, como la de ingeniero politécnico de Patricia Ortega, o de apoyo a la fuerza como los Cuerpos Generales (sanidad, administración, jurídicos); y siendo el máximo grado a alcanzar el de general de división que es el que es mayor que se logra en esas escalas.

Para que una oficial del Cuerpo General de las Armas, la encargada de entrar en combate, llegue al generalato habrá que esperar hasta 2026 como poco y algunos años más para ver a alguna mujer de esa escala a la cabeza de algún ejército o incluso como Jefe de Estado Mayor de la Defensa, JEMAD. El nombramiento de Patricia Ortega como la primera general española es un gran paso, pero aún queda mucho camino por recorrer.