Ya ha llegado la primavera, y con ella las alergias, los cambios de humor (según dice el refranero), los días más largos y el cambio de hora a nuestros relojes, pasando al conocido horario de verano.
Será en la madrugada del próximo 29 de marzo cuando adelantemos las manecillas del reloj una hora (o pulsaremos un botoncito si es digital). A las 02:00h (hora peninsular) serán las 3:00h, teniendo así una hora menos para dormir pero una más de luz.
El cambio de hora se atribuye a Benjamin Franklin
La pretensión del cambio de hora es conseguir un ahorro obteniendo más luz natural en la jornada laboral. El Dr. David Prerau, conocido como la principal autoridad del mundo en horario de verano y autor del libro Seize the Daylight: The Curious and Contentious Story of Daylight Saving Time , ("El libro definitivo sobre el horario de verano"), cuenta que la idea primogénita de realizar este cambio de hora la tuvo Benjamin Franklin (político, científico e inventor).
En 1784, estando en París en calidad de diplomático, observó que cuando despertaba a las seis de la mañana, ya había mucha luz , por lo que pensó que si se cambiaba la hora, se podrían llegar a registrar grandes ahorros en el combustible que entonces se usaba para las lamparillas.
Se podría ajustar la hora para aprovechar esa luz diurna haciendo que el despertar iniciase con el Sol, pudiendo así realizar las tareas teniendo más horas de luz natural.
Ya fue en la Primera Guerra Mundial (1914-1918), cuando los países combatientes aplicaron el cambio horario, siendo Alemania el primero en adquirir este proceso, consiguiendo así una reducción de horas con luz artificial y poder emplear el carbón como suministro de guerra. En la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos mantuvo el horario de verano (de 1942 a 1945), pero hasta el año 2007 no se estableció de manera definitiva.
En 1974, tras la crisis del petróleo (1973-1974), se regulariza el cambio horario en Europa. Esta medida fue establecida por los principales estados europeos con el fin de ahorrar energía e intentar así no depender tanto de los países petrolíferos.
El horario de España no se corresponde con el de su situación geográfica
En el siglo XIX, la hora española se regía por el meridiano de Madrid (situado a 3 grados y 41 minutos al oeste), lo que suponía una discordancia de horas entre las provincias españolas (por ejemplo, Galicia y Baleares tenían horas distintas).
En 1884 se estableció como punto cero, el Meridiano de Greenwich y en 1912 se aprobó, en una conferencia en París, el huso horario cada 15 grados de longitud, denominado la hora oficial Greenwich Meridian Time (GMT).
A principios del siglo XX, España aplicó el uso de la hora oficial GMT, incluidas también las Islas Canarias. Durante la Guerra Civil española (1936-1939), el horario del país era diferente para republicanos y nacionales, tanto que el 2 de abril de 1938 el bando republicano adelantó sus relojes una hora y 28 días después volvió a realizar el mismo proceso, mientras que el bando contrario sumó una hora a sus relojes el 26 de marzo.
Así pues, el año 1939 empezó una hora antes para el bando republicano y ya en el mes de Abril (al finalizar la guerra) se unificó el horario. El 17 de marzo de 1940, la Península y Baleares entraron a formar parte de GMT+1, formando así parte del huso horario europeo (ahora conocido como Central European Time – CET), también se decidió interrumpir los cambios de hora de verano e invierno, que se volvieron a retomar en 1942.
Afecciones del cambio de horario en nuestro organismo
Hay muchos y variados estudios respecto a este tema y de momento ninguno decisivo. Expertos en la materia aconsejan que no se realicen cambios bruscos en los hábitos diarios, pues hay personas (sobretodo mayores y niños) que pueden sufrir mareos o cansancio durante varios días tras realizar el cambio de hora.
Por otro lado, según explica el experto en cronobiología, Antoni Díez Noguera, no existen estudios biológicos concluyentes de que se produzcan trastornos fisiológicos, sino más bien una especie de "jet lag", como por ejemplo a la hora de comer.
En lo que sí coinciden varios estudios es que durante los tres primeros días tras el cambio horario, hay más accidentes de tráfico provocados por la fatiga de los desajustes de sueño y los cambios de luz.
El ahorro energético que provoca el cambio de hora
Han pasado muchos años desde que se produjo el primer cambio de hora y todavía no existe una opinión unánime respecto al ahorro energético. El cambio en los hábitos de vida y la evolución de las tecnologías (entre ellas la energética), propician estudios que indican que el ahorro energético es menor de lo esperado.
Por el contrario, hay otros muchos que sí avalan ahorro energético. El Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), indica que el ahorro en España es de un 5%, porcentaje equivalente a unos 300 millones de euros, de los cuales 90 millones pertenecen al consumo de los hogares españoles ( 6€ por hogar), el resto lo conforman industrias e iluminación de servicios de edificios.