Internet permite que parte de los archivos de diferentes personas e instituciones queden expuestos para cualquier interesado. Todavía no está todo, ni todo se encuentra con una simple búsqueda en cualquier navegador, pero sí es verdad que el esfuerzo por digitalizar y publicar diversas obras nos facilita muchísimo las cosas.

La Biblioteca Nacional de España (BNE) dispone de hasta 44 000 instantáneas de la contienda civil española. Desde el pasado 23 de mayo están a disposición de cualquier que tenga conexión a internet 11 000 de ellas, gracias al servición de la Biblioteca Digital Hispana.

Una de sus secciones es la dedicada a grabados, dibujos y fotografías.

De las cajas a la Red

Las diferentes fotografías de la Guerra Civil han seguido un itinerario hasta su volcado a la Red. Es incierto en los primeros años, pero luego se documenta fácilmente. Así, parece que se conservaron primeramente en la Vicesecretaría de Educación, para pasar, en 1945, al Ministerio de Nacional. Luego, al Ministerio de Información y Turismo. Se creó una sección especial, dentro de la que se integraron, como parte de la documentación disponible. Esta división era la Sección de Estudios sobre la guerra en España.

No quedaron allí, sino que, en 1973, se destinan al Gabinete de Documentación y Estudios Contemporáneos.

Siete años más tarde llegarán a la BNE. Su destino final, ya en 1986, fue el departamento de Bellas Artes y Cartografía. Custodiadas ya de una forma más estable, su periplo documental no estaba, ni mucho menos, finiquitada. Desde el año 1988, son catalogadas y organizadas sistemáticamente. En 1989, un catálogo de la Biblioteca recoge un inventario de las mismas.

Un catálogo que, por cierto, puede consultarse online entre las obras digitalizadas de la Biblioteca Digital Hispana.

Es en el año 2009 cuando se inicia la catalogación automatizada. Y ahora, en 2018, se publica una ingente cantidad de las mismas, poniéndolas a disposición de investigadores y curiosos. La digitalización y el volcado a la Red ahorra viajes al archivo físico y permite que las imágenes sean más conocidas y hasta compartidas.

También es una forma perfecta de darles una nueva vida y disponer de copias seguras. La digitalización continuará y, cuando se considere, seguramente irán saliendo más y más a la luz.

Una nueva mirada a la guerra

Básicamente, las instantáneas pueden englobarse en dos grandes perspectivas: la del frente y la de retaguardia. La primera le da el protagonismo a los soldados y su forma de vida. La segunda mira más a los civiles y su vida, entre la destrucción de las ciudades, manifestaciones religiosas del pueblo y la amenaza de la contienda.