La hora de España se rige por el meridiano de Greenwich. Sin embargo, el horario establecido por el país no se corresponde con el de su ubicación geográfica. La península ibérica se encuentra ubicada al oeste del citado meridiano, y su horario correspondiente sería el mismo que tienen las islas Canarias, Portugal y el Reino Unido. Surge entonces la siguiente pregunta: ¿por qué no comparte la misma hora del reloj España con los siguientes lugares mencionados?

Los primeros horarios

El meridiano de Madrid se encuentra ubicado a 3 grados y 41 minutos hacia el oeste.

Fue este el que rigió la hora española durante el siglo XIX. Según la ubicación en el mapa, cada provincia tenía una determinada hora, de modo que gallegos y baleares veían la aurora a diferentes horas.

Durante la Conferencia del meridiano, llevada a cabo en el año 1884, se propuso regularizar esa diferencia en los horarios entre las distintas comunidades autónomas. Para ello, se estableció que el meridiano de Greenwich sería el punto cero. Posteriormente, durante el año 1912 y en el marco de la Conferencia de París, se aprobó el huso horario cada 15 grado de longitud.

El GMT y el DST

Durante los primeros años del siglo XX, el Gobierno español decidió adoptar la hora oficial regida por el meridiano de Greenwich, la cual es llamada desde entonces “Greenwich Meridian Time”, también conocida por sus siglas GMT.

A partir de ese momento, se comenzó a aplicar a lo largo de todo el territorio español ese huso horario, incluso en las Islas Canarias.

En el año 1907, el constructor inglés William Willett propuso adelantar y atrasar el horario en la primavera y en otoño. Sin embargo, no fue hasta 1918 cuando comenzó a aplicarse dicho cambio a nivel internacional, empleándose el Daylight Saving Time (DST) u horario de verano a nivel mundial.

Horarios de Guerra

A pesar de esto, en España, a lo largo de la Historia, el tema del horario ha funcionado de una manera diferente. Por ejemplo, durante el inicio de la Guerra Civil, los relojes de la zona nacional y la zona republicana marcaban horas diferentes. Situación que fue regularizada una vez que culminó la guerra.

Luego, en el año de 1940, el horario español vivió el mayor de los cambios cuando el territorio correspondiente a la península y Baleares pasaron a compartir el huso horario con Berlín, entrando a formar parte del horario “GMT+1”. Este horario hoy en día es conocido como el Central European Time (CET).

Los cambios más recientes

Finalmente, la más reciente de las transformaciones que ha sufrido el horario de España ocurrió en 1981. Se estableció una modificación de la hora el último domingo del mes de marzo y el último día domingo del mes septiembre. Luego en 1996, el cambio de la hora de verano al de la hora de invierno fue trasladado al último domingo del mes de octubre.

Uno a favor y otros en contra

Algunos apoyan un cambio más el en horario.

Expertos del Laboratorio de Cronobiología de la Universidad de Murcia promueven la eliminación del cambio de hora. Con ello los españoles se ahorrarían algunos inconvenientes cada seis meses, apuntan los especialistas. Así, los españoles podrían prescindir de las alteraciones del sueño que afectan principalmente a ñiños y adultos mayores durante los cambios de horario. Sin embargo, los expertos afirman que mantenerse en el horario de verano sería un error. Su propuesta es que España permanezca durante todo el año en el horario de invierno (GMT +1).

Por otra parte, un 20% de los europeos votó a favor de continuar cambiando la hora cada seis meses. El profesor José María Martín Olalla, adscrito a la catedra de Física de la Universidad de Sevilla, señala que cambiar la hora permite adaptar las actividades cotidianas a las horas en las que amanece o anochece y a las variaciones que estas manifiestan a lo largo del año.

El catedrático afirma que el cambio de hora cada seis meses no es una medida artificial sino todo lo contrario. Es realmente una medida bastante racional y natural, apunta. Alega que en España el cambio de hora se lleva a cabo desde hace 40 años aproximadamente y que no se han presentado “incidentes graves”. En su opinión, la eliminación del cambio conllevaría a que cada quien intente ajustarse al cambio de luz natural de manera individual, lo cual será “un proceso caótico”.