La primera noche en casa de los abuelos o los tíos...¿A qué edad es mejor que llegue este momento? Muchas veces no le damos importancia a este hecho y pensamos que cualquier momento es bueno, pero todo tiene su aquel. No se trata tanto de la edad, sino de la forma de hacerlo.

Para un niño, la casa es un refugio seguro, un nido de amor capaz de contener todos los afectos importantes. Los abuelos o los tíos son un vínculo importante para ellos y suelen compartir con los nietos muchas horas del día.

¿Cómo te sentirías despertándote de repente, en medio de la noche, en una cama que no es la tuya?

Dar las explicaciones correctas es importante. Dejar al niño solo en casa de los abuelos para que se quede a dormir, sin haberle explicado nada, puede hacer que se sienta abandonado y extraño. Un niño que siempre ha dormido en la misma cama y en su casa, se sentirá extraño si duerme en otros sitios. Si pasa horas en casa de los abuelos/tíos durante el día y durante la noche el niño comenzará a construir una relación positiva con este entorno de una manera natural.

Cuando veamos que ya está preparado para quedarse a dormir solo con los familiares ya habrá empezado su camino a la conquista de la autonomía.

Es cierto que si desde bebés lo acostumbramos a dormir en ambas casas, este momento es casi inapreciable porque el niño encuentra las dos casas familiares y ya habrá creado este vínculo con los dos entornos. Pero normalmente, cuando son tan pequeños no solemos dejarlos en casa de los abuelos.

Que se algo natural y sólo por alguna urgencia

También es bueno que no los dejemos dormir con la familia solo cuando los necesitemos porque tenemos que ir a algún sitio, no tengamos tiempo o estemos de viaje. Tiene que ser algo natural y bonito. Pensad que si dejamos a los niños con los abuelos en momentos de urgencia estamos en un estado de estrés más alto.

Con sus poderosas y sensibles "antenas", los niños perciben inmediatamente estas variaciones del estado de ánimo. Hay riesgo de que este cambio se experimente negativamente, en lugar de despreocupado y positivo.

Cenar con ellos y preparar la mesa juntos después de haber pasado la tarde jugando con ellos, es un momento especial para compartir que ayuda a que se habitúen más rápido al espacio. Antes de salir de casa, es bueno que dejemos que el niño elija sus cosas favoritas: el juguete que prefiera llevarse, su pijama favorito o un libro para leerle antes de acostarse.

La base está en crear un ambiente que no le sea extraño y hacer que se sienta a gusto tanto con los abuelos (o tíos) como con nosotros, que los dejemos con la familia con naturalidad, sin pena, sin tristeza, sin prisas, sin estrés...