Es una costumbre centenaria en Ourense, una curiosa imagen que se repite cada domingo de resurrección en la escalinata de la iglesia de santa María Nai. Tras la Misa del domingo de Pascua y la procesión hasta la Plaza Mayor de la ciudad, cuantos desean se trasladan hasta la iglesia de santa María. Pero no todos ascienden las escaleras. Los representantes del ayuntamiento se quedan al fondo. El obispo y sus sacerdotes los miran desde arriba, saludan y, a continuación, les dan la espalda.

Un desplante histórico

Se conoce como el “desplante” y su tradición es superior a los 100 años.

El origen está en las trifulcas que hubo en siglos pasados. Los poderes eclesiásticos y civiles chocaban por sus pretensiones de control sobre la urbe. El detalle que dio inicio al presente desplante fue el producido entre el obispo de la época y la corporación municipal.

Parece que se había reconstruido la antigua iglesia, del s. X, y se la había dotado de la preciosa escalera que aún hoy se ve. El gobierno civil no aportó dinero para la reconstrucción, así que se le negó el ascenso por ella y el acceso al templo.

A día de hoy, supone una curiosa estampa de Pascua, independientemente de las relaciones entre obispado y ayuntamiento. De hecho, el ambiente es festivo y ambas parte se prestan a la representación.

La cordialidad no se rompe en ningún momento y, de hecho, los representantes municipales suelen participar en la Misa de Pascua que el obispo preside en la catedral, antes del desplante. El mismo obispo, este año, ha saludado a toda la corporación antes de subir la escalinata.

Un curioso gesto entre las costumbres del domingo de Pascua

La ciudad vive un precioso repertorio de costumbres pascuales, tras las celebraciones, devociones y procesiones de Semana Santa. Solo por centrarnos en lo que ocurre en torno a la catedral, señalamos la procesión de la imagen de santa María Nai, desde su templo a la basílica catedral.

Es la procesión del encuentro, un episodio no señalado en los escritos bíblicos, pero de hondo fondo humano sentimental: la Madre se encuentra con el Hijo resucitado.

La conexión entre ambas iglesias se suele señalar continuamente, pues muchos especialistas creen que la primera fue la antigua catedral. Además, hubo en su momento la idea de construir un claustro que las uniese, proyecto que solo se inició y nunca fue adelante. A mayores, el sacerdote encargado del culto en santa María Nai suele ser designado entre los miembros del cabildo catedralicio.

La Misa se celebra en la sede del obispo, y es él quien la preside, a mediodía, con la compañía de autoridades civiles en primera plana.

Los asistentes salen luego en procesión hasta la plaza mayor, en ambiente de fiesta, acompañados de los sones de instrumentos y la algarabía del pueblo.

Tras la oración en la plaza, la fiesta parece contenerse un instante, pues la música para, el obispo y sus acólitos suben la escalinata mentada y la corporación municipal se queda al inicio, sin subir. Desde lo alto, las autoridades eclesiales les saludan, pero no les permiten subir y entrar, para ver cómo la imagen de la Nai regresa a su sitio cotidiano en el altar mayor.