La longevidad no es más que el número de años de vida que llega a tener una persona, es decir la duración de la vida de una persona, sin duda un proceso de transformación progresivo e irreversible en la vida, y es un concepto que está relacionado con las transformaciones que ocurren en los órganos del cuerpo de una persona durante su vida. Pero… ¿de qué depende que unas personas sean más longevas que otras?
Desde tiempos antiguos
La longevidad sin duda está íntimamente relacionada con aspectos propios del individuo y aspectos demográficos de la sociedad, y ha sido tema de discusión desde la antigüedad, no sólo de la ciencia sino de la sociedad en general.
Tanto que existen múltiples leyendas e Historias en diferentes contextos culturales y religiosos se hace referencia a esto, y si bien es cierto que es difícil saber a ciencia cierta cuanto era la esperanza de vida de las personas en las épocas más antiguas, algunos consideran que la mayoría moría jóvenes, incluso antes de cumplir los treinta años, lo cual se atribuye a factores como las difíciles condiciones de vida de la época, el estilo de vida y las actividades que desarrollaban para conseguir su sustento de vida y los inexistentes servicios de salud.
Factores que la afectan
A través de diversos estudios realizados en el mundo, algunos proponen una serie de factores que influyen en la longevidad de los individuos.
Sin duda que las características individuales presentan un patrón hereditario y que se ven reflejadas en la estructura y funcionamiento de los diferentes órganos y sistemas. Esto se ve demostrado al encontrar personas longevas que provienen de familiares que también lo han sido. Por otro lado existen Enfermedades hereditarias que se sabe aceleran el envejecimiento, como la diabetes, el cáncer o las enfermedades cardiovasculares.
De igual manera, una alimentación que aporte todos los nutrientes necesarios, exenta de productos artificiales o tóxicos y con un aporte calórico bajo promueve la longevidad, al igual que un sueño reparador y una actividad física diaria, que no exceda las posibilidades de la persona.
Fortalecer los hábitos sociales, el estilo de vida, una personalidad no estresante y un ambiente natural también parecen favorecer la longevidad.
Cuando tenemos la dicha de poder compartir con nuestros abuelos muchos años, nos damos cuenta que sin duda la longevidad, es una bendición. Lo importante, es tener calidad de vida y vivir con salud, armonía y felicidad, y para lograrlo hay reforzar los hábitos que la favorecen y evitar los factores anti-longevos.