Quizá tú misma ya lo has comprobado: en los días de mucho agobio, terminas no sólo sintiéndote mal, sino también luciendo mal. Aquí te explicamos las múltiples formas en que tu apariencia sufre cuando te atormentan las preocupaciones o estás bajo mucha presión, así como las estrategias que te permitirán combatirlo y volver a lucir fabulosa. La ansiedad puede provocar un sinnúmero de problemas en la piel. Aprende cómo evitar que las complicaciones de la vida diaria causen estragos en tu imagen. A continuación varios efectos del estrés:

Acné

No falla: Cada vez que tienes un evento importante (ya sea una reunión el trabajo o una fiesta que no puedes perderte) tu rostro se ve plagado con algún brote de acné.

¿La razón? El estrés provoca que tu torrente sanguíneo se ve inundado de cortisol, la hormona que te ayuda a reaccionar bajo presión. Un alto nivel de cortisol conduce a la producción de un tipo de testosterona que incrementa la producción de grasa por parte de la piel y, como consecuencia, aparece el acné.

Círculos y bolsas bajo los ojos

El cortisol del mismo modo tiene un efecto estimulante, que te imposibilita dormir profundamente. Pero al no dormir bien, la circulación de la sangre y el sistema linfático se ponen haraganes, no drenando el fluido que se acumula bajo los ojos por la noche, de esta manera, dejándote inflamada y con grandes ojeras por la mañana.

Falta de brillo y arrugas

Tu cuerpo responde a la ansiedad dirigiendo el flujo de sangre a las áreas vitales, como el corazón y los pulmones, y desviándolo de las áreas no esenciales, como la piel.

Como resultado, el proceso de renovación de las células de la piel se lentifica, lo que significa que ésta no se exfolia de modo natural, y la cantidad de radicales libres (moléculas que dañan las células) aumentan. Ambas cosas conducen a la piel opaca y el envejecimiento prematuro.

Manchas y picazón en el cuerpo

El estrés agrava las alergias.

Y los cambios inmunológicos causados por frecuentes episodios de estrés hacen que el organismo segrega histaminas, lo que resulta en irritación, manchas y escozor. Además, la tensión mental empeora cualquier problema de la piel, como rosácea, herpes, etcétera.

Descuido personal

Si tienes poco tiempo, es fácil que quites de tu lista de prioridades la rutina de belleza apropiada. Pero si pasas por alto el limpiador, el hidratante y otros productos para el cuidado de la piel, ésta se vengará pronto en forma de granitos y resequedad, falta de brillo y apariencia de cansancio.