Cuando estás muy estresada, o entusiasmada, el sistema nervioso reacciona elevando tu presión arterial, acelerando los latidos cardíacos y tensando los músculos. Y esa reacción es, precisamente la que te impide dormir. La próxima vez que te encuentres en esa frustrante situación, emplea una o más de estas estrategias conciliadoras del sueño, que te garantizan caer en los brazos de Morfeo en un abrir y cerrar de ojos.

Crea un plan de acción

Cuando estés preocupada por el millón de cosas que debes realizar al día siguiente, expresa tus inquietudes por escrito.

Eso impedirá que te obsesiones. Sal de la cama, toma papel y lápiz y haz una lista rápida de las tareas del otro día, incluyendo cualquier otra idea que temas olvidar. Ver las cosas por escrito te ayudará a sentirte en control, y saber que puedes revisar la lista en la mañana, te ayudará a sacártela del cerebro esa noche.

Invéntate un cuento

Si no puedes dejar de analizar algo que sucedió durante el día, distráete con la visualización creativa. Imagínate en un lugar completamente ajeno a todo lo que está dominando tus pensamientos, y concéntrate en detalles específicos de ese escenario imaginario.

Ejemplo: revive tus vacaciones favoritas, como aquel viaje a la playa, y trae a la mente algunos detalles sensoriales: el agua en tus pies, los colores de los peces que viste al bucear, el sabor de las margaritas que bebiste al ponerse el sol.

Esto te distraerá de los pensamientos que te mantenían inquieta.

Toma un baño tibio

De acuerdo con los expertos, una vez que sales del agua tibia, la temperatura del cuerpo desciende, lo cual le señala al organismo que es hora de dormir. Si sospechas que tendrás problema para quedarte dormida esa noche, o si ya estás en la cama pero no logras pegar un ojo, métete en la bañera por unos 15 minutos.

Fúndete en la cama

Los expertos aseguran que esta es la mejor de todas las técnicas que puedes usar para tratar de dormir: cuando el sistema nervioso se activa, los músculos se ponen tensos y eso te mantiene alerta.

Domina la tensión con este ejercicio: concéntrate en tus pies y siéntelos bien pesados, como si se hundieran en la cama.

Después, concéntrate en los tobillos. Sube poco a poco por todo el cuerpo hasta llegar a la cabeza. Al final, si todavía sientes algo tenso, concéntrate en esa parte del cuerpo e imagínatela fundiéndose en la cama.

Esconde el reloj

Cuando estás tensa, cualquier estímulo que haya en el cuarto puede empeorarte. El mayor culpable: el reloj digital. Algo que contribuye a la falta de sueño es el estrés de estar acostada en la cama a las 3 de la mañana viendo pasar el tiempo en el reloj. Si te preocupa que se te peguen las sábanas, pon dos despertadores, pero escóndelos para no verlos.