La halitosis o mal aliento, un problema más común de lo que parece, ya que afecta a uno de cada dos personas en el mundo. Estudios en la odontología afirman que se agrava más el aliento desagradable después de dormir, por encontrarse la cavidad bucal de reposo cuando disminuye la producción de saliva. Todo esto contribuye junto a los residuos alimenticios entre las piezas dentales y aumentar el PH en la boca, lo que permite el crecimiento bacteriano y aumenta el desagradable aliento por los reacciones químicas entre el ácido bacteriano y los residuos alimenticios descompuestos, resaltando que es la saliva el limpiador natural de la cavidad bucal porque remueve las partículas de comida en ella.

Generalmente este problema lo nota el individuo cuando alguien en su entorno se lo manifiesta, debido a que los receptores sensoriales no responden y la persona no tiene ninguna incomodidad ante el constante mal olor.

Disminuye la libido

La halitosis es el enemigo número uno en toda relación de pareja, y aún más desagradable e intolerable incluso en los momentos de intimidad. Esta es considerada por un gran número de mujeres como el primer inhibidor de la libido, incluso por encima de la eyaculación precoz o la impotencia sexual.

Higiene bucal u otra causa

Padecer de mal aliento o halitosis se asocia al padecimiento de Enfermedades como:

  • Gingivitis, es característico el mal aliento en ella, ya que las bacterias se alojan y acumulan en los tejidos que rodean los dientes.
  • Alergias o sinusitis, el moco producido se convierte en una fuente de proteína para bacterias.
  • Diabetes mellitus
  • Bronquitis
  • Enfermedades estomacales

Fumar y beber así como la alimentación son factores que influyen el aliento de las personas, en el caso del cigarrillo, el humo promueve la sequedad bucal, porque disminuye el flujo de saliva.

El alcohol y el café, en cambio dejan muchos residuos que luego se fijan en la placa dental y contribuyen al crecimiento de bacterias en la cavidad bucal. Así como también la ingesta de cebolla y ajo, que provoca exhalar olores fuertemente desagradables.

Hábitos saludables

  • Cepillarse tres veces al día, después de cada comida, con la técnica adecuada. Limpiar también la lengua, ya que por su rugosidad los sedimentos se quedan fácilmente en su superficie.
  • Cambiar regularmente el cepillo de dientes, cada 3 meses preferiblemente.
  • Beber de dos a tres litros de agua diario, ya que una adecuada hidratación ayuda a mantener el flujo de saliva correcto.
  • Visitar al odontólogo al menos dos veces al año para chequeo y control de rutina.
  • Mantener un control médico regular, para prevenir enfermedades y fortalecer la salud.