El Cabello es espejo de nuestras personalidad, ya que podemos darle forma, el estilo y el color con que el que mejor nos sentimos. A diferencia de otras partes del cuerpo que son más complicadas o imposibles de cambiar. Si los ojos son, según dicho, el espejo del alma, el cabello le anda bien cerca. Su brillo, matiz y volumen son reflejo de cualquier disfunción estomacal, dental o dermatológica, irradia lo que le ocurre a nuestro organismo y nuestra alma.
El cuero cabelludo no es diferente del resto de la piel. En el sustentan las raíces de los cabellos y la salud dependen de estos, que son una estructura en constante cambio.
El pelo nace en la papila situada en la base del folículo piloso y crecen gracias a los nutrientes que les proporcionan los vasos sanguíneos. Por término medio, cada persona tiene cinco millones de folículos pilosos (vello y pelo) en todo el cuerpo, de los cuales 150.000 se encuentran en el cuero cabelludo. El cabello se renueva de forma regular y su ciclo biológico comprende tres periodos: anageno o de crecimiento; catageno o de regresión y telogeno o de descanso que es cuando el pelo se cae.
Una vez se termina este proceso la raíz pilosa entra de nuevo en actividad y forma un nuevo cabello. Las causas que originan la caída del cabello son de diversa índole. Además de factores hormonales, los factores genéticos son definitivos.
La calvicie, como la calidad y cantidad de cabello que uno posee, provienen de la herencia.
Pero en la pérdida de cabello también influyen circunstancias como la gripe, la ingestión de determinados medicamentos, y el tipo de peinado. Se considera normal una caída de 50 a 100 cabellos diarios. Como sucede con el resto del organismo, una alimentación adecuada es la base de un pelo sano y fuerte.
Regímenes drásticos proporcionan un aporte escaso de minerales vitaminas y aminoácidos, cuya carencia los debilita. Un pequeño aunque continuo aporte de estos elementos resulta imprescindible.
Después del sol
Finalizados los baños de sol, y a pesar de haber tomado precauciones, el cabello necesita cuidados específicos para que esté lleno de vida.
Aunque se proteja de los rayos solares hay que procurar tras la exposición continua aportar al cabello ceramidas, proteínas, queratina y otras sustancias naturales.
La multiplicación celular del cabello es la más rápida en el organismo. Razón principal para que de manera constante necesite: hierro, calcio, magnesio, oligoelemento. Tampoco hay que olvidar las vitaminas B5,B6 (hígado, riñón y carnes) y B12,que favorecen la microcirculación y combaten las malas influencias hormonales.
La vitamina D, es encontramos en los pescados azules y en la yema de huevo, aumenta la proliferación celular, tan beneficiosa para hacer crecer el pelo. Las vitaminas C (cítricos, verduras y frutas en general) y la E, antienvejecimiento, protegen también de los ataques de la contaminación.
La sopa, el arroz integral y la levadura de la cerveza son aportes beneficiosos.
Caspa, ese problema
Todos deseamos tener cabellos sanos y fuetes, pero eso no es siempre fácil. A menudo debemos luchar para conseguir que no se caigan, que aparezcan brillantes, elásticos y sin una escama de caspa. La caspa son partículas que se despegan del cuero cabelludo, sobre todo en la parte de la zona frontal y en la base del cráneo. Su aparición se debe a la aceleración en el proceso de renovación de las células del cuero cabelludo, cuando los ciclos disminuyen de 20 días -proceso normal- a tan solo siete días. Al acortarse tanto el proceso m las células no tienen tiempo suficiente para madurar y por lo tanto llegan a la capa más externa sin secarse.
También se relaciona con factores tales como, el estrés, una dieta poco equilibrada, ingestión de antibióticos, falta de vitaminas (A que contiene la leche, el huevo, la mantequilla, el queso y el hígado, y en forma de caroteno en las zanahorias, el pimentón y tomate y F).
Algunos laboratorios de productos cosméticos para el cabello han realizado un estudio donde revelan que la caspa hace sentir inseguridades a quien la padece, puesto que no está bien vista socialmente. Existe una percepción totalmente distinta de nuestra caspa con respecto a la caspa de otros. Cuando la apreciamos en las demás personas tendemos a pre juzgarlos y a pensar que se debe a una falta de higiene.
Por el contrario, la persona que la sufre tiene a sentir que el problema se debe a causas externas que están fuera de su alcance, aunque es consciente de la impresión negativa que ésta suele provocar en los demás.
Por parte intentan ponerle fin con tratamientos adecuados y por otra parte lo ocultan a la vista y tacto de otras personas.
La segregación de escamas no es una enfermedad, solo es un problema de cosmético que tiene fácil solución. Los productos cosméticos para solventar el problema son avanzados y eficaces y las nuevas fórmulas anticaspa con el uso frecuente eliminan la caspa proporcionando un pelo limpio y sano.