Después de dos días consecutivos de escraches (o caceroladas) delante de la residencia del vicepresidente, Pablo iglesias, en Galapagar, este ha advertido, en una entrevista en La Sexta que “la gente de izquierda” podría ir también a protestar a casa de otros líderes políticos, poniendo como ejemplo a Isabel Díaz Ayuso, Santiago Abascal o Pablo Casado. Este ‘vaticinio’ también ha sido lanzado de forma indirecta hacia los periodistas que no casan con la actuación con la frase “cualquier día la extrema derecha dirá que tú eres un periodista progubernamental y querrán ir a tu casa, o a casa de otros periodistas”.

Iglesias defiende el derecho a manifestarse y expresarse, pero siempre respetando a las personas

Iglesias defiende el derecho a la manifestación y libre reunión, pero evitando siempre el ambiente de crispación, dado que en este tipo de manifestaciones se sabe dónde se empieza, pero no dónde se acaba. El ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, envió ayer cinco coches de la Guardia Civil al domicilio del vicepresidente para evitar aquello que ha declarado hoy el mismo, que estas acciones no lleguen más allá.

Abascal y Espinosa de los Monteros, líder y portavoz de Vox, tachan de ‘inadmisibles’ las declaraciones del vicepresidente

Santiago Abascal, líder de Vox, ha contestado al vicepresidente en Twitter diciendo que esa "amenaza" siempre ha sido su forma de hacer política, que él y solo él fue el que popularizó este tipo de "manifestaciones políticas" delante de domicilios particulares. El líder de Vox ha rematado su contestación llamándolo "criminal", instándole a que no mande sicarios y que "vaya él mismo a esos escraches con los que ha amenazado".

El ‘jarabe democrático’ se sabe dónde se empieza pero no dónde acaba, pero un político ha de asumir que este se lo pueden aplicar a él

Hay que recordar que fue el vicepresidente y líder de Unidas Podemos quién en 2013, en un episodio de su programa "Fort Apache", declaró que le hacía gracia que algunos partidos se mostrasen críticos con los escraches a ciertos políticos, indicando que eso mostraba el malestar de los ciudadanos y democratizaba los debates políticos, terminando las declaraciones con su famosa frase de “los escraches son el jarabe democrático de los de abajo”.

Sin embargo, Iglesias se ha defendido en la propia entrevista de esas críticas que se le hacen al respecto, diciendo que él no instigaba a nadie a que fuera a la casa de ninguna persona. Él simplemente advertía que si uno tiene un cargo público tiene que estar concienciado de que la gente le pueda decir algo desagradable por la calle o que vayan a su lugar de trabajo.