Cuando todavía no se había acabando el eco del rescate por el patrullero "Serviola" de un mercante secuestrado en aguas del Golfo de Guinea, la Armada se ha apuntado otro tanto en la lucha contra la piratería con el rescate por la fragata "Navarra" de un barco de tipo dhow capturado por los piratas y usado como nodriza para realizar abordajes. La operación se enmarca en el contexto de la Operación Atalanta en aguas de Somalia.

En esta ocasión el éxito ha sido completo pues además del rescate de los marineros secuestrados los piratas han sido capturados.

Primera fase: los abordajes fallidos

La primera alarma de la operación se lanzó el pasado domingo 21, Domingo de Ramos para más datos, cuando un pesquero coreano, de nombre "Argia", y otro español, en concreto el vasco "Txori Argi", denunciaron un intento de abordaje por sendos esquifes con piratas armados con fusiles Kalashnikov y lanzacohetes RPG. Ambos asaltos fueron repelidos a tiros por los equipos de seguridad privada presentes en cada barco los cuales informaron de la posibilidad que varios piratas fueran heridos en el enfrentamiento.

Estos dos asaltos frustrados se sumaban a otro denunciado días antes en plena Semana Santa por el mercante español "Izar Argia" el cual también repelió a tiros un intento de abordaje con un modus operandi semejante.

Alertado el mando de Atalanta, actualmente bajo dirección española y teniendo en cuenta que la operación se dirige desde la base de Rota, el contraalmirante español Hernández López ordenó que la fragata "Navarra" zarpara del puerto de Monbassa donde estaba preparándose para capturar a los piratas huidos.

La búsqueda de los piratas

Atalanta movilizó a gran parte de sus medios para la operación de búsqueda, desplegando sendos aviones de patrulla marítima P-3C "Orión" de Alemania y España para patrullar la zona y localizar a los barcos sospechosos, además de la "Navarra" que se dirigía ya a la zona.

Fue el "Orión" alemán el primero en tener éxito pues avistó a un barco de clase dhow arrastrando cuatro esquifes y en dirección a toda máquina a una zona de la costa somalí empleada por los piratas en sus incursiones.

La identificación del navío coincidía con un dhow denunciado como secuestrado hace cuatro días, en concreto el Jueves Santo, por piratas en la costa de Somalia. Era evidente que los filibusteros estaban usando el barco secuestrado como nodriza para sus esquifes para realizar abordajes mar adentro.

Localizado el objetivo, los P-3C español y alemán se relevaron para mantener el buque sospechoso bajo control hasta que la fragata "Navarra" llegara a interceptarlo, cosa que logró a primera hora del martes 23 tras 28 horas de navegación frenética a toda máquina.

El asalto y rescate

Con el dhow a la vista y tras una breve persecución la "Navarra" bloqueó al objetivo enviando dos lanchas RHIB con sendos equipos de la Fuerza de Guerra Naval Especial, FUGNE, al asalto del barco.

Mientras desde la fragata y la segunda lancha se cubría con el armamento propio, la primera embarcación asaltaba el dhow por la amura de babor encañonando a los ocupantes y forzándolos a concentrase en la proa. Mientras algunos FUGNE mantienen a los sospechosos bajo control, otros registraron el barco encontrando armas, municiones y piratas heridos como se pensaba tras los fallidos abordajes a los pesqueros.

Al momento presente las investigaciones continúan y la operación sigue abierta. Tras separar a rehenes de piratas, se debe aclarar que se hace con estos últimos si son extraditados para ser juzgados en España por atacar buques de bandera española o son entregados a Kenia o Seychelles para ser procesados allí, según los acuerdos firmados por ambos países con NNUU para la represión de la piratería.

Un historia que continúa y está por cerrar, pero supone un claro éxito para la Armada Española por su eficacia a la hora de rescatar un barco secuestrado, liberar a unos rehenes y capturar a los filibusteros.