El Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social del Gobierno de España, está trabajando activamente en el plan 2017 - 2020, mediante el cual busca implementar una dieta saludable para los consumidores que aporte una nutrición de calidad y combata los riesgos para la salud de los alimentos procesados, con base en la disminución de componentes como el azúcar, las grasas nocivas y el sodio en comestibles y bebidas, a través del establecimiento de convenios con las empresas productoras.
Esta tarea es una disposición complementaria respecto a los programas desarrollados por la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición, Aecosan, adscrita al Ministerio; que entre otras funciones, vela por la salud de los consumidores y la aplicación de las políticas internacionales de la OMS y la Unión Europea, y adelanta la Estrategia para la Nutrición, Actividad Física y Prevención de la Obesidad, NAOS, con el fin de inculcar pautas nutricionales sanas y un estilo de vida adecuado.
El Gobierno quiere disminuir el sobrepeso, la obesidad y otras afecciones en España
El Gobierno, en colaboración con la industria de este segmento productivo y otros sectores sociales clave relacionados, se ha propuesto promocionar la salud previniendo el sobrepeso, la obesidad y otras afecciones en la población general, y especialmente en las comunidades más vulnerables, a partir de modificaciones en la composición de los alimentos y la realización de campañas educativas, para transformar los hábitos alimentarios y la forma de vida de los consumidores.
Los alimentos objetivo de la medida para mejorar sus componentes en beneficio de la salud, son las carnes frías y embutidos como el jamón, la mortadela, las salchichas, el chorizo, el salchichón y la longaniza; frituras como las patatas y las palomitas de maíz; preparados como los nuggets, lasañas, canelones, croquetas y empanadas.
Las empresas productoras de alimentos procesados que han acogido la propuesta van en aumento
También la galletería, panadería, pastelería y bollería; los cereales procesados; los lácteos como la leche, el queso, el yogurt, los postres y helados; y bebidas azucaradas como los néctares frutales y refrescos, entre otros.
El número de empresas productoras de alimentos procesados y preparados que han acogido la propuesta ha ido en aumento desde que se inició el proceso, el cual en realidad seguirá adelante una vez concluya el plazo de realización trazado, puesto que se trata de un compromiso y una responsabilidad que exige continuidad, seguimiento, actualización, replanteamiento y formulación de nuevos planes con el fin de ofrecerle a los consumidores opciones para una nutrición saludable.