Algunos ya se plantean si es mejor estudiar inglés o chino. Parece que no nos damos cuenta, pero estamos siendo invadidos por los chinos, los únicos extranjeros que han aumentado de número durante la crisis económica. La deuda española ha pasado en gran parte a sus manos, una deuda que ya supera al PIB según los datos del Banco de España, la industria y el comercio sufren desde hace mucho tiempo la competencia del acero subvencionado y otros productos más baratos gracias a sueldos de miseria, en un país donde ni siquiera se respetan los derechos humanos.

Las empresas chinas en España

También existen muchos rumores sobre las empresas chinas en España, pero el gobierno no facilita información al respecto, sin embargo, en su reciente viaje a China, el presidente Mariano Rajoy afirmó que esperaba que las empresas españolas tengan las mismas facilidades que las empresas chinas en España, ¿a qué se refería exactamente? De estas palabras podemos deducir que las empresas españolas no obtienen las mismas ventajas y, seguramente, seguirán esperando en vano un trato recíproco de favor.

El presidente español reconoció, tras su participación en el foro internacional de Pekín, volver sin haber conseguido ningún negocio para las empresas españolas, pero lo justificó diciendo que "aún no hay nada, pero España tiene que estar ahí", muy bien, señor Rajoy, al menos salimos en la foto, no esperábamos más de usted.

El presidente chino, a favor del libre comercio

Por su parte, el presidente chino abogó por el libre comercio y en contra de cualquier proteccionismo porque la balanza de pagos es muy favorable a China. Sin embargo, el nuevo presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, no comparte del todo estas políticas de la Economía globalizada y mira con recelo a su principal competidor comercial en el mundo, pues teme verse superado por los chinos en menos de una generación.

Es una invasión silenciosa, no es la invasión de los bárbaros, pero igual de efectiva a largo plazo. La influencia de la superpotencia asiática es inmensa y cada vez mayor, ya tienen puesto un pie firme en España para asaltar Europa, incluso hay universidades públicas, como en la Facultad de Humanidades de Toledo, donde disfrutan de mejores aulas y residencias que los estudiantes nativos, tienen la desgracia de no ser chinos en España. Una situación vergonzosa de dominación y sumisión, cualquiera puede comprobarlo. Ya lo dijo Napoleón: “Cuando China despierte, el mundo temblará”, y ya ha despertado.