La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca precipitó la incertidumbre sobre la estabilidad del sistema económico global. Li Keqiang, Primer Ministro chino, y Ángela Merkel, dialogaron telefónicamente sobre este particular. El pedido del Primer Ministro a la Canciller de Alemania versó alrededor del papel estabilizador que ambas naciones deben desempeñar sobre el libre comercio, la globalización económica y el cambio climático, que se ven amenazados por las declaraciones con las que en la última semana golpeó al mundo el presidente norteamericano.
Días antes de la investidura de Trump, en la reunión de Davos, el presidente chino, Xi Jjinping, había adelantado los lineamientos que la política china está dispuesta a seguir ante el declarado proteccionismo del líder republicano. Hasta el momento, el RCEP y el FTAAP, acuerdos comerciales propuestos por Pekín, palidecían ante el TPP liderado por EE.UU. Obama inteligentemente, colocaba a su país como el miembro más gravitante del comercio entre América y los países asiáticos. Su sucesor en la Casa Blanca ha echado por tierra todos los esfuerzos desplegados por el presidente demócrata. Desde su campaña electoral, ha atacado a China con acusaciones no bien recibidas por el gigante asiático. Según el presidente americano, China es culpable del desempleo en su país y a causa de ello amenazó con gravar sus importaciones con hasta un 45%.
Pekín, en los últimos tiempos, ha dado muestras de su deseo de integrarse más estrechamente a la comunidad occidental. El reiterado apoyo a la ONU, la creación del Banco Asiático de Inversión, el desempeño en la cumbre del G20, de la que fue país anfitrión y en la que propuso nuevos acuerdos comerciales, han consumado su incorporación al comercio y las finanzas globales.
Es la primera vez que China asume la posibilidad de erigirse como el líder mundial alternativo. Posibilidad que se le presenta como un regalo sorprendente tras el repliegue de EE.UU. que da un paso atrás, coronado por las palabras de su presidente que ha vociferado al mundo: "América para los americanos".
El director de Economía Internacional del Ministerio de Exteriores, Zhang Jun, ha puntualizado esta semana que China no ha buscado esa responsabilidad, sino que ha sido llevada a ese lugar como consecuencia de las decisiones adoptadas por el presidente Trump.
Aseguró que su país está dispuesto a cumplir con esa obligación. La economía de China no se encuentra en una situación óptima. Si bien el crecimiento anual superó el 6.5% esperado, ha sido el más bajo en 26 años. La deuda externa creció en relación al PIB del año anterior en un 23% y es, a día de hoy, muy preocupante. De manera tal que el protagonismo que estrena China frente al 19º Congreso del Partido Comunista, a realizarse en el próximo otoño, le da al presidente Xi Jjinping un respaldo tan valioso como inesperado.
Las normas del TPP deberán ser adaptadas al nuevo socio. Los lineamientos acordados con Barak Obama, no serían convenientes para un país como China, con un régimen autoritario, en el que la empresa pública ejerce el control de la economía.