Las características demográficas y económicas hacen del área de influencia del TPP, un lugar determinante en el comercio y el poder político mundial. La inexperiencia política del presidente estadounidense, lo han llevado a desoír a sus asesores, cometiendo el que seguramente será el mayor y más temprano error de su presidencia.
El 40% del PIB mundial se juega entre las naciones adheridas al tratado que define una zona de libre comercio acordada por países de América, Asia y Oceanía. Con aranceles comerciales reducidos, los 12 países alineados en el tratado decidieron normas comunes que producirían beneficiosos negocios a todos los involucrados.
En la guerra comercial existente entre China y Estados Unidos, el TPP fue una gran decisión de Obama que perjudicaría a su oponente, dificultándole la primacía natural en su zona de influencia. El perjuicio que Donald Trump hará a la economía estadounidense, involucrando, además, a todo el comercio internacional en una severa crisis, no ha sido calculado por este "mono con navaja”, que agita las banderas del proteccionismo nacionalista. Las consecuencias de una economía cerrada como promete el, "compre estadounidense y contrate estadounidense", no serán gratuitas para la clase media que lo apoyó en su carrera a la presidencia. De producirse un bloqueo comercial, habrá sectores productivos de los EE.UU.
léase, soja, algodón y trigo, que se verán seriamente perjudicados. Desafectadas las naciones asiáticas del TPP, que frenaba su influencia hegemónica, China podría acordar un nuevo tratado que la beneficiaría poniendo su marca, en lo que se ha dado en llamar la zona más caliente del Pacifico, en referencia a sus condiciones geopolíticas.
Tanto Japón como Australia, han salido al paso de esta medida, ratificando su adhesión al TPP y prometiendo todos sus esfuerzos, para mantener la zona del libre comercio y la alianza regional. El primer ministro de Australia, Malcolm Turnbull y el ministro japonés Nobuteru Ishihara, se han involucrado personalmente en esta decisión.
Donald Trump parece haber agudizado su agresivo lenguaje preelectoral y no deja de proferir amenazas a los otros socios comerciales de su país. Se propone revisar las negociaciones llevadas a cabo en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte considerando que afectan negativamente a los americanos, sobre todo en lo que se relaciona con la pérdida de empleos en favor de México o Canadá. La Casa Blanca, brindó un comunicado al respecto, que según publica El Mundo en su edición online de la fecha, remata con la amenaza de "reprimir" a las naciones que "violen los acuerdos comerciales y hagan daño a los trabajadores americanos en ese proceso".
La prensa de los EE.UU. ha dado a conocer en estos días las tarifas punitivas con las que el presidente americano piensa gravar los productos chinos. Sin ninguna duda, el guante será recogido por China y dará inicio a la temida guerra comercial, que involucrará a todas las economías globales.