El hallazgo realizado por los científicos Tobias Eisenberg y Frank Madeo demostró que la espermidina prolonga la vida de las células inmunológicas y podría ser utilizada para combatir enfermedades degenerativas como el Alzheimer. La espermidina es un componente del semen, una molécula con capacidad para reparar las células dañadas del cuerpo desde dentro y así aumentar su actividad. Esta sustancia también tiene propiedades antidepresivas y ansiolíticas.
Beneficios del semen
En el estudio participararon 29 investigadores de varios países y demuestra las propiedades curativas y rejuvenecedoras del semen, pero para ello habría que tragarlo o aplicarlo sobre la piel a modo de crema antiedad, lo que supone que ciertas actrices deberían tener un aspecto más joven que el resto de las mujeres, lo cual no parece cierto, porque el aire y los jugos gástricos del estómago también podrían deshacer sus propiedades.
Sin embargo, esta investigación viene a confirmar otras observaciones que ya se conocían, incluso durante el Renacimiento Leonardo Da Vinci y otros intelectuales ya atribuían a la pérdida del semen la causa del deterioro físico y mental, mientras que el sexo tántrico, puesto que el semen contiene sustancias altamente beneficiosas y nutritivas para el cuerpo.
El descubrimiento de la Telomerasa
Más recientemente, en 1985, se descubrió una enzima llamada telomerasa, importante en el proceso de duplicación del ADN, ya que tras muchas subdivisiones se producen errores en el genoma que son los responsables del envejecimiento debido al recorte de los telómeros a nivel molecular, pero las hormonas sexuales.
Junto a un aporte extra de la telomerasa, puede aumentar el número de divisiones a partir de la cual la célula ya no es capaz de duplicarse correctamente.
La telomerasa que repara los telómeros desgastados se encuentra presente de forma natural en las células geminales (espermatozoides y óvulos), en las células madre y en las fetales, todas ellas potencialmente inmortales.
Se ha demostrado que esta milagrosa enzima aumenta la edad del organismo eucariótico, pero hay un inconveniente, puesto que la administración artificial de telomerasa provocaría cáncer en organismos complejos como el hombre, al acelerar la mitosis sin control. La solución a este problema se encontraría quizás en los propios mecanismos de frenado la telomerasa.