La palabra psicópata lleva, en muchas ocasiones, a pensar en criminal o asesino, pero estas acepciones no siempre son sinónimas. Los psicópatas son personas caracterizadas por carecer de empatía y presentar la imposibilidad de sentir las emociones, como el resto de personas.

Rasgos característicos

La inteligencia superior que poseen los psicópatas dificulta su detección, dado que tienen la capacidad de engañar a los demás sin que se den cuenta. Silvana Santoro, psicóloga en el Centro de Psicología Clínica, Laboral y Forense de Buenos Aires (Argentina), destaca que “pueden llegar a simular -no a sentir- amor, compasión, solidaridad, ternura, sentimientos de amistad, sólo hasta conseguir sus objetivos”, tal y como afirma en una publicación de dicho centro.

Por otro lado, las investigaciones y las nuevas tecnologías aplicadas al estudio del cerebro humano están aportando mucha información y datos para facilitar la detección de los psicópatas.

En este contexto, las nuevas pruebas de imagen cerebral, la resolución magnética, el SPECT (Tomografía de Emisión por Fotón Único por sus siglas en inglés), que permite obtener imágenes de diferentes áreas cerebrales en funcionamiento, y el PET (Tomografía por Emisión de Positrones), consistente en un examen cerebral a través de imágenes que utiliza una sustancia radiactiva llamada marcador para buscar una enfermedad o lesión cerebral, han aumentado de forma sustancial la resolución de las imágenes cerebrales.

Por otro lado, la amígdala, ubicada en los lóbulos temporales, es una zona también analizada para la detección de psicópatas, debido a su relación con el control de los impulsos y las emociones.

Una vez detectada la presencia de rasgos psicopáticos, la duda que surge es si se pueden estimular esas áreas que no funcionan correctamente.

La dificultad para ello surge del hecho de que, el cerebro humano, es una gran máquina interconectada entre sí.

Genética o cultura

Unos investigadores plantean que los psicópatas son así por naturaleza, mientras que otros, en contraposición, indican que el entorno y diferentes factores externos al individuo pueden llegar a ocasionar este trastorno.

El psiquiatra Morera aclara que ambos factores coexisten.

“Hay quienes los denominan así: psicópatas aprendidos o adaptados al sistema de vida de nuestra sociedad. Ahí se demuestra mucho la otra parte de los rasgos antisociales de una persona, como es la incapacidad de tener remordimiento por hacer ciertas cosas que perjudican a los demás”, afirma Morera.

Posibilidad de cambio

Cuando un individuo con rasgos psicopáticos comete una conducta delictiva y es condenado a prisión, la situación cambia. En ese momento se plantea la posibilidad de su reinserción social. Cada vez hay más parámetros y se conocen más cuáles son los perfiles de una persona que sufre este tipo de alteración. Sin embargo, en la fase de reinserción la situación se complica, dado que no se activa la culpa, es muy difícil que haya un arrepentimiento y no se muestra un propósito de cambio.

A pesar de que hoy no se sabe a ciencia cierta si un psicópata puede cambiar, se cuenta con la certeza de que el ser humano es dúctil. Su cerebro es maleable, por lo que la inversión en el estudio de esta patología es fundamental para contribuir a solucionar muchos de los problemas que acarrea.