Cuando ayer, Stoffel Vandoorne se quedó tirado con su MCL32 en la curva 10 del circuito de Montmeló, un tenso silencio giraba en torno al box de Mclaren Honda. De hecho, había programada una comparecencia ante los medios, por parte de Yusuke Hasegawa y Eric Boullier, que finalmente se suspendió y se sustituyó por una reunión de alto nivel, en el interior del motorhome de McLaren, entre ambos protagonistas.
La situación está tan tensa y delicada, recordemos que McLaren es el segundo equipo más laureado de la historia de la Fórmula 1, que hace imposible lanzar más balones fuera durante las declaraciones a la prensa.
La primera plana de McLaren, de los ayer presentes en el circuito (Zack Brown, Eric Boullier, Andrea Stella y Peter Prodromou, entre otros), mantuvieron una larga reunión con Yusuke Hasegawa y demás representantes de Honda, en las que se pusieron las cartas sobre la mesa, y precisamente no fueron un trago de buen gusto para Honda.
Desde Woking, se les exige a los nipones que aparquen su método de trabajo, y abran las puertas a nuevos ingenieros procedentes de otros equipos, que ayuden a impulsar la tecnología y desarrollo de la unidad de potencia. Para colmo, una de las gotas que han colmado el vaso durante esta semana, ha sido la dimisión de Gilles Simon, uno de los ingenieros especializados en motor más importantes, con amplia experiencia en el campeonato, que harto de ser ignorado en las instalaciones de Sakura y caer sus consejos en saco roto, ha optado por abandonar el equipo.
También, se les ha vuelto a ofrecer, por enésima vez, la colaboración tecnológica del McLaren Technology Group, pues gozan de tecnología de vanguardia en la planta de Woking, destacando la reciente unión con BMW para el desarrollo de motores híbridos y eléctricos, así como personal suficiente para el desarrollo del motor.
Sea cual sea el resultado final de la reunión, en pocos días o semanas sabremos si ha resultado efectiva, lo que queda claro es que Honda necesita dar un golpe de timón, y como el miércoles dijo Fernando Alonso, necesitan soluciones urgentemente y lo más rápido posible, porque se encuentran en una situación muy similar a 2015, con la diferencia de un bagaje, de supuesto aprendizaje de Honda, de 3 años.
Ya no hay excusas para seguir mancillando el buen nombre, prestigio y honor de la marca McLaren en la categoría reina del motor, es hora de trabajar y abrir la mente a los japoneses a una cultura global de trabajo y desarrollo, que impera actualmente en la Fórmula 1. De lo contrario, quizás los de Woking decidan romper su acuerdo con Honda y buscar otras alternativas, antes de seguir por este camino que los conduzca al abismo.