Según las disciplinas orientales, tan alejadas de la mentalidad occidental, a nivel energético tanto los hombres como las mujeres mantienen una dualidad que combina la energía masculina con la femenina. Se asocia al concepto del yin y el yang, la fusión de los opuestos. Y esto puede sonar más, pues también en la cultura el mundo funciona a través de opuestos, el día y la noche, la luz y la oscuridad, masculino y femenino.

El mundo del trabajo enfocado a la energía masculina

La energía femenina se asocia a la intuición, a los sentimientos, al hogar y al recogimiento y todo esto forma parte de un proceso muy importante que lleva a incubar ideas y soluciones creativas.

Se puede mantener que si la energía masculina se centra en el exterior la femenina lo hace en el interior.

Por lo general, el mundo profesional está establecido desde hace siglos por los hombres, es la energía masculina la que predomina, una energía de acción, mental, racional y rígida, encaminada al cumplimiento de obligaciones y a alcanzar metas. Pero lleva al vacío si no se combina con la energía femenina, que es su complemento ideal. Y por desgracia, hasta las mujeres en el campo laboral cada vez actúan más con su energía masculina y obvian la femenina, no en vano, tienen que demostrar que pueden desenvolverse en un mundo de hombres.

Cómo conectar con la energía femenina

Hay cosas sencillas que cualquiera puede hacer para contactar con la energía femenina, de manera que la integremos en nuestra vida y nos volvamos seres más armónicos, esto nos ayudará a llevar una vida más plena tanto en el terreno laboral como en el personal y a mejorar en nuestras relaciones con los demás y con nosotros mismos.

Un ejercicio tan sencillo como salir a pasear, pero sin aprovechar para hacer recados ni nada por el estilo, centrándonos en caminar, mejor en un entorno que resulte agradable y en el que estar tranquilo. Nuestros pies son el elemento que nos conecta con la Tierra, que es el elemento femenino por antonomasia.

Llevar un diario, escribir al menos diez minutos al día.

Es otro ejercicio que, por absurdo que parezca, ayuda a conectar con nuestro interior, especialmente si se dejan fluir las palabras sin pensarlas demasiado.

Escuchar música porque la música es emoción que nos ayuda a fluir, bailar, cantar son actividades que nos permiten dar rienda suelta a nuestros sentimientos y por ende liberadoras. En general cualquier actividad creativa, como pintar o hacer manualidades nos lleva a entrar en el terreno de la energía femenina que es creadora y transformadora.