Según un estudio franco-australiano, los Niños tienen la misma resistencia física y la misma musculatura que los adultos que se entrenan. De hecho, sus músculos responden rápidamente y se recuperan velozmente sin producir ácido láctico.

Son literalmente incansables. Nuestros niños corren hacia arriba y hacia abajo, saltan, pedalean, trepan, juegan con perros y gatos... Y todo sin mostrar la menor insinuación de agotamiento. La explicación científica está ahí y para dárnosla se reunió un equipo de investigación internacional. La conclusión del estudio es que los músculos de los niños funcionan de forma muy similar a los de los atletas, resistiendo de la misma manera a la fatiga.

El estudio

Investigadores de la Universidad Edith Cowan y de la Universidad Clermont de Auvernia examinaron tres grupos de niños de entre 8 y 12 años, adultos que no hacían deporte y atletas de triatlón. Evaluaron su recuperación después de realizar un actividad física intensa.

Para cada grupo se evaluó un tipo de ejercicio aeróbico, en el que se usa el oxígeno presente en la sangre, y una actividad anaeróbica que explota las reservas de azúcares produciendo ácido láctico y dando fatiga muscular.

Lo que pudieron ver es que los niños podían superar a los adultos que no se entrenaban. Los superaban en todas las pruebas haciendo un mayor uso del metabolismo aeróbico que los adultos. Los niños usan oxígeno extraído de la sangre para producir energía y, a diferencia del metabolismo anaeróbico, no producen ácido láctico.

Por esta razón, parecían menos cansados ​​incluso después del ejercicio de alta intensidad.

De hecho, los músculos de los niños no solo eran resistentes a la fatiga, sino que soportaron el esfuerzo muy bien, e incluso lograron recuperarse rápidamente después del ejercicio.

Gran sorpresa

El profesor Tony Blazevich de la Facultad de Ciencias Médicas y de la Salud de la Universidad Edith Cowan explicó:

"La mayoría de nosotros probablemente recordamos cómo de niños nos quedábamos horas y horas jugando en la calle, y luego nos despertábamos al día siguiente y volvíamos a jugar igual. Si lo hiciéramos de adultos nos destrozaría".

El estudio no tiene que ver solo con el deporte.

El profesor Sébastien Ratel de la Universidad Clermont Auvergne dice que el estudio arrojará luz sobre el mayor riesgo de desarrollar enfermedades a medida que envejecemos:

"Nuestra investigación indica que la aptitud aeróbica, al menos a nivel muscular, disminuye significativamente a medida que crecemos, lo que nos acerca al momento en que ocurren enfermedades como la diabetes".

Por otro lado, y esto no nos viene de nuevo, la práctica de alguna actividad física diaria es una panacea para la salud. Nos protege frente enfermedades metabólicas, enfermedades cardíacas y el sobrepeso.

El estudio fue publicado en Frontiers in Physiology.