Pocos momentos en la vida combinan el temor, la incertidumbre y la emoción como el primer día de clase, pero cada etapa tiene retos diferentes donde el rol de los padres y maestros es clave, para que la ruta hacia la formación avance.

La guardería

La etapa de la guardería implica un choque tanto para el niño, como para la madre, ya que al reintegrarse al trabajo deben separarse y limitar el tiempo de compartir y de lactancia. En esta transición lo importante es escoger con criterio el lugar de cuidados, poniendo especial atención a la higiene, las comidas y el personal de la institución y de ser posible que el niño nos acompañe en esa visita de reconocimiento.

Además es importante anticiparle al niño el momento de ir a la guardería, con juegos, despedirse de él al dejarlo y que los primeros días sean de adaptación, dejándolo si es posible, períodos de tiempo más cortos.

Ahora el preescolar

El llanto inicial, no solo de los Niños, sino también de los padres suele ser el sello que distingue la entrada al jardín infantil, etapa en la que comienzan a gestarse los mecanismos de socialización. En el preescolar la formación se orienta hacia el pensamiento lógico matemático y del lenguaje, elementos indispensables para ir aclarando aptitudes. Los expertos aseguran que aunque suene prematuro, ya desde esta etapa los padres deben observar el talento de su hijo para su proyecto de vida.

De igual manera en esta etapa se forma un apego fuerte hacia la educadora, hay cierto grado de dependencia hasta que el niño aprende ciertos hábitos.

Larga primaria

En estos años por lo general ocurren cambios drásticos en el desenvolvimiento cognitivo, social y emocional de los niños. Ya en este punto el niño debe tener cierta autonomía y concentración para prestar atención a las clases.

De igual modo aparecen la responsabilidad de las tareas y el comportamiento y en este aspecto es bueno realizar un cronograma para que el niño esté consciente del tiempo y sus actividades y que desde el principio aprenda a dedicarle su tiempo al trabajo escolar en casa.

Es bueno en esta etapa además involucrarlos en actividades extraescolares, para que socialicen fuera del aula.

Llegó la secundaria

Esta fase se caracteriza porque los niños entran en la adolescencia que trae consigo una serie de cambios emocionales, afectivos y físicos y lo sienten como un paso agigantado hacia la madurez, aunque pronto la carga académica y la exigencia se puedan convertir en una pesadilla. Para aminorar esto la clave es la organización y la planificación.

Pero no solo hay presiones de tipo académicas sino también sociales, los amigos, los grupos, la aceptación y el roce. Lo recomendable para los padres es acompañarlos y escucharlos cuando lo soliciten.

No olvidemos que cualquier cambio genera ansiedad y estrés, por lo que en estos cambios de etapa en el colegio es importante que los niños estén acompañados por los padres en todo momento, para ayudar a la transición.