Permanentemente, el ser humano en su afán de optimizar y disfrutar al máximo sus encuentros sexuales, siempre busca obtener aquellos “aditivos” extras o afrodisíacos, que le den mayor placer y satisfacción a la relación. Si este “factor extra” es de origen natural y beneficioso para la salud, como lo es el chocolate, es un argumento a tener en cuenta para catalogarlo como el estimulante por excelencia.

Teniendo en cuenta que la definición de afrodisiaco se refiere a cualquier sustancia, bebida o alimento que incremente el placer, la sensibilidad y el deseo sexual; el chocolate encaja perfectamente como sinónimo.

Precisamente, es el lugar que ocupa el chocolate a través de la historia, consumido en sus orígenes por los aztecas y mayas, para brindarles mayor energía y virilidad. No es de extrañar que; debido a estas propiedades, lo hayan implementado para estimular sus encuentros pasionales.

Antecedentes en Europa como afrodisíaco

El chocolate, se ha implementado en el Continente europeo como uno de los principales ingredientes dentro de la repostería moderna. Aunque, a través de la historia, existen registros en los cuales se evidencia el uso de este como estimulante. Un caso documentado, es el de la Princesa española María Teresa, de quien se dice, le dio como regalo de compromiso a su prometido, el rey Luis XIV, enormes cantidades de este manjar, para estimular su energía y entusiasmo a la hora de intimar.

La química no falla

Si estos antecedentes no avalan las propiedades “milagrosas” que le son atribuidas históricamente al chocolate, existen estudios científicos y actuales que respaldan estas referencias. Uno de los componentes que el chocolate contiene en altas cantidades es la Feniletilamina;sustancia que los seres humanos producen al momento de hacer el amor, entre otras sustancias estimulantes.

También, cuenta con analgésicos naturales que elevan el estado de ánimo y la plenitud.

Estas sustancias presentes en el chocolate pueden generar euforia y felicidad, por lo cual, no es descabellado que este postre se aproveche con más frecuencia al momento de intimar. Si esto fuera poco, el chocolate activa los sentidos, un factor importante al momento de estar con esa persona en esa ocasión especial.

Esta “pasión oscura” puede variar en aroma y sabor, puesto que dependerá de su composición y procedimiento de fabricación, lo que lo convierte en un “juguete” perfecto a la hora de provocar pasiones. Puede ser usado en postres que inviten a la imaginación y eleven la capacidad sensorial, durante esas veladas románticas. Por ser un aditivo natural, el mismo no representa mayores riesgos, ni de salud ni económica, gracias a su versatilidad y múltiples presentaciones.