Hasta hace poco, se creía que los animales sólo utilizaban la práctica sexual con fines reproductivos y que el grado de placer era mucho menor en éstos que en humanos. No obstante, una novedosa investigación determinó que cierto tipo de moscas (macho) pueden experimentar placer durante la eyaculación.

Se trata de la Drophila Melanogaster o mosca de la fruta macho. En los estudios preliminares, no se conocía con exactitud en qué etapa del apareamiento este insecto experimentaba placer. De acuerdo con Galit Shohat-Ophir, neurocientífica de la Universidad de Bar-Ilan y líder de la investigación, se tenían varías hipótesis: la etapa del cortejo, la feromonas de la hembra o la eyaculación.

Experimento de las luces rojas

Para dilucidarlo, Shohat-Ophir y otros especialistas del Campo de Investigación de Janelia, Virginia, crearon moscas machos, mediante un proceso denominado ontogenética, con el objetivo de que ciertas células nerviosas del abdomen, de estos insectos, se activaran cuando se encendiera una luz roja. Estas células son las responsables de producir una proteína llamada corazonin (CRZ), que controla la glándula abdominal de los machos y permite la eyaculación.

Para llevar a cabo este estudio, acondicionaron un espacio cerrado con la luz roja en una de sus equinas, de esta forma, observaron que las moscas macho preferían el lugar donde se reflejaba dicha luz, y que eyaculaban sin necesidad de tener a ninguna hembra.

Luego de unos días estimulando las neuronas de los machos, el equipo descubrió que estos insectos habían liberado gran cantidad de un químico conocido como Neuropéptido F (NPF) que aumenta en situaciones placenteras, como por ejemplo, el consumir azúcar. Así pudieron demostrar que las moscas de la fruta macho estaban disfrutando al eyacular.

El experimento del alcohol

Otro estudio científico que demostró que las moscas de la fruta macho disfrutan de la práctica sexual, es su reacción ante el alcohol. Pues, cuando las hembras los rechazan éstos ingieren una gran cantidad de alcohol, en relación a los que si copularon libremente.

El experimento consistió en observar el sistema de recompensa indispensable para la supervivencia en esta especie animal, mediante el uso de alcohol, un compuesto capaz de afectar dicho sistema, con la finalidad de adentrarse en el mecanismo de placer en la interacción social de los animales.

Los machos fueron puestos en una caja con cinco hembras vírgenes, que aceptaron aparearse con los machos, mientras que en otras cajas, pusieron a hembras que se negaron a tener sexo. Los machos que no pudieron eyacular optaron por aceptar un alimento que contenía al menos 15% de alcohol y los machos que tuvieron sexo eligieron la comida normal, siendo responsable de este cambio el químico cerebralNPF, similar al que poseemos los humanos Neuropéptido Y, que cumple funciones semejantes.