Todo para homenajear a la famosa leyenda que hoy cumple nada menos que 800 años, esa fantástica historia de amor entre Isabel de Segura y Diego de Marcilla, los jóvenes turolenses que reeditan a su manera la historia de Romeo y Julieta, según contaban las representaciones teatrales durante el barroco, volviendo la historia muy popular.

La leyenda de los amantes de Teruel

La leyenda se sitúa en el siglo XIII.

Un rico mercader tenía una hija muy hermosa, llamada Isabel. Un día el joven llamado Diego, pobre de solemnidad, se quedó prendado de ella al verla en el mercado, e Isabel también recibió el correspondiente flechazo de Cupido.

Para ganarse el derecho a la mano de tan codiciada prenda, Diego, que era pobre pero no tonto, le pidió a su amor si estaba dispuesta a aguardar su regreso durante cinco años, que era el plazo que se daba a sí mismo para ganar suficiente dinero.

Ella aceptó y él partió. Durante la separación el mercader presionaba a su hija para que tomase marido, y ella, que no deseaba reconocer la verdad, alegaba que había hecho voto de castidad hasta cumplir los veinte años.

La fatalidad del destino

Por desgracia el plazo de cinco años se cumplió e Isabel se vio obligada a tomar por marido al rico pretendiente que el padre le había buscado.

La noche de bodas, mientras Isabel y su marido yacían en el lecho tras haber consumado su matrimonio, de improviso compareció a hurtadillas Diego, que volvía a casa con retraso porque la fatalidad se había interpuesto en su camino, aunque llevaba en el bolsillo nada menos que cien mil sueldos que había ganado como botín luchando contra los moros, una fortuna para complacer al padre más exigente.

Por tres veces le rogó Diego a Isabel que lo besase o se moriría de tristeza y las tres veces ella se negó, alegando que si Dios no había permitido que se materializase su amor, significaba que no eran dignos de él.

Así pues Diego murió de tristeza y luego moriría Isabel, también de tristeza, apoyada sobre el féretro de su amor.

Un homenaje de récord

Pues bien, para conmemorar el octavo centenario de esta trágica leyenda, personas de cuarenta y dos países se han dado cita en las calles de Teruel.

Los organizadores del evento, con la alcaldesa Emma Buj a la cabeza, en principio aspiraban a reunir a ochocientos participantes para que coincidiesen con la cifra de 800 años, pero el interés que ha despertado esta iniciativa ha establecido el récord en 1015, pulverizando el anterior récord de 351 personas.¡Viva los amantes de Teruel, la nueva ciudad del amor!