La dominicana Ana Julia Quezada, conocida como la madrastra asesina, es la homicida confesa de su hijastro, el niño español Gabriel Cruz (inicialmente desaparecido), a quien mató el pasado 27 de febrero en la provincia de Almería.
Según las declaraciones a los investigadores recogidas en el sumario de un proceso que aún está a la espera de juicio, la asesina confesa admitió haber asfixiado a Gabriel tras golpearlo con un hacha.
Crimen horrible y descaro epistolar
Tras horrorizar a propios y extraños con su terrible crimen y su frialdad al reconocer los hechos, la asesina confesa se tomó la libertad de escribir una carta desde la cárcel El Acebuche de Almería donde se encuentra recluida.
En la misiva, dirigida a la cadena de Televisión Telecinco, y concretamente a la periodista Ana Rosa Quintana, Ana Julia Quezada dio una vuelta de tuerca a sus declaraciones, mostrando por primera vez su arrepentimiento y pidiendo perdón a la familia de la víctima, añadiendo que se han dicho muchas infamias sobre ella, empezando por el crimen, que según su nueva versión no fue tal, sino un accidente impremeditado.
Rizando el rizo de la provocación
En una segunda carta a Ana Rosa Quintana, la dominicana lamentaba las muestras xenófobas que no cesaba de sufrir por el hecho de ser negra, matizando: “sé que he cometido un crimen y pagaré por ello” para luego condolerse del trato poco “humano” que recibe por parte de la opinión pública.
A raíz de estos hechos ha aparecido en escena la conocida escritora cubana Zoe Valdés para criticar con dureza no sólo las cartas que la asesina confesa se ha tomado la libertad de escribir desde la cárcel, sino a las autoridades del centro penitenciario donde se encuentra recluida por haber permitido que las mismas llegasen a Telecinco, con el destinatario de Ana Rosa Quintana, para divulgarse de inmediato a los cuatro vientos.
La indignación de Zoe Valdés
Zoe Valdés afirma sentirse asqueada tanto por el contenido de las misivas como por el tono desenfadado y de colegueo que la asesina confesa utiliza al dirigirse a Ana Rosa Quintana.
Al final de su comunicado reprobador, la escritora cubana acusa a Ana Julia Quezada de depravada, mostrando también su repudio por las supuestas intenciones de la dominicana de sacar réditos económicos desvelando a los medios de comunicación datos inéditos de su terrible crimen.
Zoe Valdés, en una nueva muestra de sensibilidad pública y de compromiso con los valores humanos, demuestra con su contundente comunicado que la sociedad cruza la línea de lo éticamente admisible al hacer un circo mediático de cualquier suceso.