En todo el mundo existen más de 2700 especies de serpientes. Las hay en variados colores y tamaños, con longitudes que pueden oscilar entre 10 milímetros hasta 10 o 12 metros de largo, encontrándose distribuidas en todos los continentes del mundo, excepto en la Antártida, debido a las bajas temperaturas y en algunas islas.
Las serpientes son excelentes depredadores a pesar de no poseer extremidades; algunas especies son capaces de atrapar un murciélago en el aire o trepar a lo más alto de árbol por delgadas ramas, otras son aventajadas nadadoras y otras poseen una fuerza tal, que pueden fracturar los huesos de presas tan grandes como un antílope.
Armadas para la caza
Las serpientes son animales fundamentalmente carnívoros, sin embargo, según su tamaño y especie, puede alimentarse de pequeños insectos y roedores hasta grandes mamíferos como las gacelas y ciervos.
Para facilitar el acto de la cacería, las serpientes están dotadas de ciertas armas naturales que garantizan su éxito como depredarores. Las escamas ventrales les permiten detectar las vibraciones del suelo emitidas por sus posibles presas; poseen una lengua bífida que les ayuda a percibir los olores e incluso saborearlos a través del Órgano de Jacobson, análogo del órgano vomeronasal de los mamíferos. Adicionalmente, la lengua bífida funciona como una especie de radar que ofrece información sobre la dirección en la que encuentran las potenciales presas y algunas especies son capaces de detectar la radiación infrarroja emitida por sus presas.
Las articulaciones de la mandíbula de las serpientes son muy móviles permitiendo una gran apertura de la boca que les permite engullir grandes presas, las cuales pueden ser hasta tres veces más grandes que su cráneo.
Algunas especies de serpientes, poseen glándulas venenosas ubicadas detrás de los ojos, cuyos conductos están conectados a los colmillos, los cuales se encargan de inyectar el veneno a la presa.
Aunque este veneno suele ser empleado durante la caza, también es un mecanismo de defensa.
Las serpientes de España
En España se han descrito cinco especies de serpientes venenosas: la víbora áspid o víbora del Pirineo (Vipera aspis), que es la víbora de mayor tamaño, pudiendo alcanzar 85 centímetros de largo; la víbora hocicuda (Vipera latastei) la cual es la especie más frecuente en España y la que produce la mayoría de los emponzoñamientos en humanos, pero afortunadamente su veneno es el menos tóxico; la víbora cantábrica (Vipera seoanei), cuyo es veneno más potente que el de la víbora hocicuda, pero menos que el de la víbora del Pirineo; la culebra bastarda (Malpolon monspessulanus), especie de serpiente más grande de Europa con 2 metros de longitud y la culebra cogulla (Macroprotodon cucullatus), la cual es muy escurridiza y posee un veneno poco potente y completamente inofensivo para el hombre por su baja toxicidad.