Desde su descubrimiento en el siglo XIX, pinturas rupestres como las de Altamira y Lascaux han fascinado y maravillado a la Arqueología y la humanidad modernas. Nos hemos preguntado el por qué y para qué se han realizado. Ahora las preguntas que se plantea son: ¿Quiénes las hicieron? ¿Ellos o ellas? Esa es la conclusión que podemos sacar de un reciente estudio.

Dean Snow y su estudio sobre las pinturas rupestres

El arqueólogo estadounidense Dean Snow ha estudiado las pinturas rupestres de Francia y España y, tras analizar diversas tipologías de dibujos y pinturas, ha llegado a la conclusión de que la mayoría fueron realizadas por Mujeres, lo que terminaría con el mito del cazador que dibuja las piezas que cazaba para evocarlas y que nunca faltaran en la naturaleza.

Snow basa su conclusión en ciertos detalles anatómicos de uno de los tipos de dibujos más frecuentes en las cavernas que poseen pinturas rupestres: las manos en negativo y positivo. En concreto, ha comparado el tamaño y la longitud de un conjunto de 32 manos, y según ese baremo y otras consideraciones como la proporción entre el dedo índice frente al anular y el meñique, ha concluido que al menos 24 de ellas tenían rasgos femeninos.

Por lo tanto, el 60% de las personas que habían dejado su huella para la eternidad eran mujeres, según la opinión de Snow. Su conclusión aún no ha sido apoyada por ninguna revista especializada ni por ningún otro profesional relevante de la Arqueología, pero la revista National Geographic ya ha empezado a publicar detalles de su estudio.

Pudieron ser hombres y mujeres

En la humilde opinión del autor de este artículo, resulta arriesgado asignar la autoría de algo que forma parte del patrimonio universal de la humanidad como las pinturas rupestres a un sexo en detrimento de otro, y menos por un estudio de una determinada tipología como es el caso. Evidentemente, existen unos tipos de pinturas con temas que podríamos llamar más masculinos y otros de temas más femeninos.

Por lo que cabe la posibilidad más que probable de que hubiera autores “hombre” y autores “mujer” Pero eso no otorga una exclusividad de género en la realización de las pinturas rupestres.

Además, podría considerarse “sexista” la idea que podría conllevar el estudio. Podría crear una imagen de la mujer que cuida la caverna “la casa” mientras el hombre está cazando fuera.

En cualquier caso, es cierto que es un tema que no debería juzgarse con los parámetros contemporáneos. Sin embargo, la sociedad actual lo juzga todo. Existe una “guerra de sexos” no declarada sobre cuál sexo tiene mejores cualidades y este estudio del arqueólogo Snow parece querer contribuir, quizás sin percatarse de ello, a alimentar ese conflicto. Lo triste es que en vez de apostar por una divulgación de la Arqueología que englobe los éxitos del ser humano como un logro común de toda la humanidad, se quiere entrar en el sensacionalismo de qué género aportó más culturalmente. Y esa es una divulgación muy penosa.