El famoso secreto de Fátima sigue de actualidad, aunque hace 18 años que la iglesia lo reveló en su totalidad, en el santuario de Fátima. A pesar de ello, todavía queda quien sospecha de la existencia de una parte escondida. Y no solo entre investigadores y periodistas, sino en el mismo clero. Ayer, domingo 13 de mayo, un sacerdote ourensano publicaba en un diario local que “el cuarto secreto de Fátima” se parecía a un sueño de san Juan Bosco.

Un secreto en tres partes

Los denominados secretos de Fátima no son más que uno, presentado en 3 partes, la última de la cual fue revelada al mundo en el año 2000.

Sucedió tras la Misa presidida por el Papa Juan Pablo II. En esa celebración estaba presenta la tercera vidente, la hermana Lucía. Ese día beatificaban a los otros dos pastorcitos. Los dos, el pasado año de 2017, fueron canonizados por el Papa Francisco.

El secreto de Fátima se constituye de tres visiones: la del infierno, la de la conversión de Rusia y una escena donde el Papa muere. Las dos primeras eran conocidas desde hace años. De hecho, sobre la segunda, hubo muchas controversias, porque la consagración nunca se realizó hasta el 25 de marzo de 1984. Al menos, es la fecha que sor Lucía admite como válida, a pesar de que el Papa Juan Pablo II había preparado y rezado una fórmula de consagración en dos fechas anteriores.

Sobre la tercera parte hubo ríos de tinta. Debido al secretismo con que se custodió y a ciertas versiones, falsas, del secreto, todo fueron conjeturas hasta el año 2000. Hoy en día, la página web de Vaticano ofrece un revisión histórica de su recorrido, un resumen de una conversación con sor Lucía y el texto de las tres partes del secreto.

También incluye una reflexión e interpretación acerca del mismo, de corte simbólico.

La visión de la tercera parte del secreto de Fátima

Según la publicación eclesial del 2000, el “tercer secreto” consistía en una visión. En esta, un Obispo vestido de blanco recorría una ciudad en ruinas, rezando por los cadáveres con los que tropezaba durante su caminar.

Este ascendía hasta un monte, coronado con una cruz tosca. Allí, en compañía de eclesiásticos y laicos de diversa condición, era asesinado por unos soldados.

Una revelación breve, pero terrorífica. ¿Ese había sido el motivo de tenerlo bajo secreto hasta ahora? El caso es que, a juicio de sor Lucía, la vidente viva, el secreto podía desvelarse desde 1960. Pero no fue hasta 1981, tras el atentado que sufrió, que Juan Pablo II no unió su vida a la virgen de Fátima de modo sensible. Según él, que hubiera estado a las puertas de la muerte, sin cruzarlas, fue gracias a la mano maternal de la Virgen María, que desvió la bala y le permitió vivir. Con el cambio de siglo, la interpretación se ajustó más y se vio en los difuntos a los mártires del s.

XX y al Obispo vestido de blanco como Juan Pablo II.

No todo el mundo, incluso dentro de la Iglesia, está de acuerdo con la interpretación. El documento oficial vaticano habla de una visión simbólica, de modo que los detalles no tendrían que cuadrad, al no ser el secreto una película del futuro, sino una serie de imágenes de carácter evocativo.