El síndrome de Burnout, por su traducción en Inglés, o síndrome de desgaste profesional es una enfermedad en la cual existe en el organismo de una persona, una respuesta prolongada al estrés que generan factores emocionales e interpersonales en el trabajo, y que lleva a cansancio o fatiga crónica e ineficacia en el trabajo, y en ocasiones, negación de lo ocurrido.
Origen e historia del síndrome de Burnout
Fue en 1974 cuando se habló por primera vez de este síndrome, y desde allí numerosos investigadores lo han estudiado, tanto que en la actualidad se encuentra incluido en el manual de Clasificación internacional de Enfermedades, y algunos lo consideran una enfermedad mental.
De acuerdo al significado de la palabra Burnout, este síndrome no es más que el síndrome del trabajador quemado, y ha sido llamado también , síndrome del trabajador desgastado o consumido, síndrome de desgaste ocupacional o síndrome de quemarse por el trabajo, entre otros.
Los expertos han propuesto que se producen sensaciones de agotamiento y frustración por una sobrecarga en el trabajo, bien sea impuesta por ellos mismos o por sus superiores. Y si bien se han propuesto diversas teorías para explicar su aparición, hoy en día se sabe que este síndrome aparece principalmente en profesionales en contacto continuo con otras personas, como médicos y maestros.
Por ejemplo, y con horarios de trabajo sobrecargados, y que de paso se encuentran en situaciones en las que la remuneración no es adecuada y el trabajador permanece en el mismo ambiente de trabajo por largos periodos o las relaciones con los compañeros de trabajo son pésimas.
Se considera además que existen dos factores que pueden ser detonantes, uno cuando las responsabilidades asignadas superan las capacidades de la persona y otra la falta de sueño adecuado.
Síntomas del síndrome de Burnout
Este síndrome puede producir síntomas diversos, que si bien no son específicos, su asociación con las situaciones laborales y los factores de riesgo ayudan al diagnóstico.
Usualmente los investigadores los agrupan como: síntomas psicosomáticos, síntomas conductuales, síntomas emocionales y síntomas defensivos.
Entre los primeros están: dolor de cabeza, agotamiento físico, insomnio y síntomas gastrointestinales. Los síntomas conductuales los más observados son el ausentismo laboral y problemas de interrelación personal, mientras que a nivel emocional y defensivo la persona puede presentar ansiedad, pues siente que el trabajo no tiene fin, de igual manera carecen de motivación en el trabajo, tienen disminución en el rendimiento laboral, tienden a aislarse y a negar los síntomas.
Tratamiento del síndrome
Ante todo la persona con esta enfermedad debe aceptar y reconocer que la padece y buscar ayuda profesional. Como parte del tratamiento es fundamental que se libere de las cargas, que evite los factores que le originan estrés y que mejore su contacto social.